Alguien ha dicho: «Si la matriz tuviera ventanas no habría abortos.» Con la nueva tecnología del sistema de ultrasonido GE 4D, los padres pueden echar un vistazo por una «ventana» meses antes de que el bebé nazca y ver una imagen increíblemente clara del niño que se está formando.
J.C. Watts, quien trabajó durante seis años en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, dijo: «Los que nacimos antes del juicio Roe v. Wade olvidamos que todos los niños nacidos después de 1973 [en los Estados Unidos] saben que pudieron haber sido exterminados en la matriz de su madre con la bendición de la sociedad.»
Fue el 22 de enero de 1973 que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos legalizó el aborto a petición. Fue una decisión abominable para aquellos que creen que la vida es preciada. Y si hay alguien para quien la vida es preciada es Dios. Lo demostró cuando derrotó la muerte, nuestro enemigo máximo. Envió a su Hijo Jesús, quien murió y resucitó victorioso sobre la muerte. Dios está a favor de la vida.
Sin embargo, Dios también está a favor de la libre elección. No en los términos políticos del contexto del debate sobre el aborto, pero sí en el sentido de que Él ha dado a cada uno de nosotros la libertad de tomar decisiones sobre nuestras vidas.
Las decisiones forman parte inevitable de la vida. Elegimos qué ponernos, qué clases tomar (o no tomar), qué y dónde comer. Algunas decisiones no son una gran cosa, y ni siquiera pensamos en ellas. En cambio hay otras sobre las que no paramos de agonizar.
Dios nos ofrece vida eterna, y su deseo es que elijamos aceptar su regalo. Pero no nos va a obligar. Depende de cada uno de nosotros aceptar o rechazar su oferta.
En Siquem, Josué recordó al pueblo las grandes cosas que Dios había hecho por ellos. Ellos tenían que tomar una decisión: adorar a los dioses de los amorreos o adorar a Jehová, el único Dios verdadero. Josué los desafió: «Escoged hoy a quién habéis de servir … pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR» (Josué 24:15).
¿Está Dios a favor de la libre elección? Definitivamente. ¿Está Dios a favor de la vida? ¡Por supuesto! Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Él nos ha dado la libertad de elegir vida al máximo aquí en la tierra, y vida eterna en los cielos con Dios (Juan 3:16). ¿Nuestra otra elección? Separación eterna de Dios. ¿Has elegido ya? —CK