El pasado abril regresé al Lejano Oriente ruso para impartir un curso de administración en la universidad bíblica de Magadan, Siberia. Mientras me encontraba allí tuve una seria conversación con Lena Plovnikova que no voy a olvidar pronto porque me provocó un frío en el corazón.
Lena es una estudiante de término excelente y una buena amiga. Ha sido creyente durante unos 4 años, y después de clases trabaja a tiempo parcial en la estación de radio cristiana de Magadan. Al igual que muchos rusos, Lena tiene mucha esperanza. Pero también es realista respecto a lo que podría pasar en su país. Mientras hablábamos del futuro de Rusia y de lo que puede pasar a los muchos nuevos creyentes que hay allí, me miró a los ojos y dijo: «Me estoy preparando para la persecución.» Lena lo dijo en serio.
Yo tuve dos reacciones cuando ella dijo esas palabras. Me estremecí al pensar en aquella inteligente, tranquila y devota joven y lo que le podría suceder. Conozco demasiado la historia de Rusia y la propia ciudad de esa muchacha como para no verlo de una manera realista. Magadan se fundó en la década del 30 como centro administrativo para los campos de trabajos forzados de la región.
La otra reacción fue examinar seriamente mi propia mente y corazón. Yo no me estoy preparando para sufrir por Cristo. Yo ni siquiera pienso en eso porque, como ciudadano de los Estados Unidos, creo que tengo muy poca o ninguna razón para preocuparme por ello. Pero Lena sí, como también muchos seguidores comprometidos de Cristo en todo el mundo.
Tal vez quieras hacer conmigo esta oración: Señor Jesús, te pido por tus seguidores en todo el mundo que ahora mismo están sufriendo por su fe. Por favor, protégeles y sostenlos. Te pido que los muchos nuevos creyentes que hay en Rusia nunca tengan que enfrentar una grave persecución. También te pido que yo pueda tener la misma clase de fe que tiene Lena, una fe ejemplificada por el mismo Jesucristo cuando obedeció la voluntad del Padre hasta la muerte. Amén. —DE
R E F L E X I Ó N
■ ¿Qué garantías tenemos los creyentes en el mundo occidental de que no vamos a ser llamados a sufrir por Cristo?
■ ¿Estoy dispuesto a orar por lo seguidores de Jesucristo en todo el mundo que están sufriendo ahora mismo por su fe?
■ ¿Qué papel desempeña la fe en el sufrimiento? ¿En mi vida diaria?