Los actores siempre me han intrigado. Puesto que una vez intenté actuar en una obra (y fracasé rotundamente), me impresionan los hombres y las mujeres que pueden adoptar otra personalidad cuando actúan.
La única vez que participé en el arte dramático no pude dejar de ser yo. Sé que se suponía que fuera otra persona en la obra, pero no pude deshacerme de mi propia identidad y convertirme en esa otra persona.
Los actores tienen éxito cuando pueden meterse en un personaje y quedarse ahí, despojándose de la verdadera persona que son y adoptando la nueva personalidad del libreto. De hecho, llegan a ser dos personas: la verdadera y la falsa.
Lo que es bueno para los actores puede ser malo para los cristianos. Algunos creyentes en Jesucristo son como los actores: la persona de verdad y la cristiana. La persona de verdad, creen ellos, puede hacer trampas en un examen o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, o deshonrar a sus padres, o tratar a los amigos como si fueran basura. La persona cristiana es la que va a la iglesia, o se pone una máscara delante de los adultos, o envía solicitudes a universidades cristianas. Creo que sé por qué lo hacemos.
No nos damos cuenta de que no estamos hechos de dos entidades separadas: el cuerpo y el espíritu. Más bien nuestro cuerpo y nuestro espíritu conforman una sola unidad. No podemos separarlos y pensar que podemos hacer cosas malas con nuestro cuerpo sin que afecte nuestro espíritu.
Si hemos puesto nuestra fe en Cristo somos seres espirituales cuyos cuerpos están «muertos a causa del pecado» y cuyos espíritus «viven a causa de la justicia» (Romanos 8:10).
Nota que en Romanos 12:1, no se nos dice que presentemos nuestros «espíritus» como sacrificio vivo. Más bien se nos dice que presentemos nuestros «cuerpos». Es con nuestro cuerpo que mostramos lo que hay en nuestro espíritu. Si nos damos completamente a Dios podemos dejar de actuar. Podemos ser verdaderos seguidores de Cristo. —DB
R E F L E X I Ó N
■ ¿Cuándo fue la última vez que descubrí que actuaba como si no fuera hijo de Dios? ¿Qué me hizo hacer eso?
■ ¿Qué me puede ayudar a no actuar como dos personas: la espiritual y la no espiritual?