Cuando H. Jackson Brown Jr. envió a su hijo a la universidad, le hizo algunas sugerencias, las cuales se publicaron posteriormente en un libro de instrucciones titulado Life’s Little Instruction Book [El librito de instrucciones de la vida]. He aquí una muestra de su consejo:
Si te ofrecen una menta para el aliento, acéptala.
No dejes que una disputa pequeña dañe una gran amistad.
Cuando digas «Lo siento», mira a la persona a los ojos.
Nunca preguntes a un barbero si necesitas un corte de pelo.
Llama a tu casa si vas a llegar más de 20 minutos tarde.
Confía en Dios, pero cierra tu auto.
Hace bastantes años, otro padre también dio consejos a su hijo. Sus escritos también se publicaron. Sus consejos aparecen en un libro llamado Proverbios. Estos son algunos de los consejos de Salomón a su hijo:
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre (Proverbios 1:8).
Hijo mío, si los pecadores intentan engañarte, no lo consientas (1:10).
Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia (3:5).
Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida (4:23).
Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios (4:24).
Sí, los padres han estado aconsejando a sus hijos durante siglos. Y durante siglos, los hijos han estado ignorándolos, creyendo que sus padres no saben lo que dicen.
Todas las generaciones creen que sus experiencias son únicas. Algunas lo son realmente, pero existen muchos elementos comunes. Cuando un padre da un consejo, en realidad está hablando por experiencia propia, porque él ya ha pasado por eso y sabe.
Así que la próxima vez que papá y mamá empiecen a darte consejitos sobre cómo vivir tu vida, dales una oportunidad. Tal vez sepan lo que dicen. —CK
R E F L E X I Ó N
■ ¿Alguna vez me he negado a aceptar el consejo de mis padres? ¿Por qué?
■ ¿Qué «palabras de sabiduría» me he alegrado de recibir?