Cada día somos bombardeados con muchas oportunidades para gastar nuestro dinero. Quizás sea en una nueva televisión plana de alta definición, un teléfono móvil de última generación, o enviar dinero para ayudar a Haití. ¿Hacemos un pago extra del préstamo o arreglamos el tejado de la casa? Lo mismo se aplica a nuestro tiempo. ¿Pasamos más tiempo estudiando la Biblia, mirando una película en la televisión, o jugando al futbol con nuestro hijo?

Todos tenemos decisiones que tomar cada día. Debemos prioritizar dónde vamos a gastar nuestros recursos – nuestro tiempo, nuestras energías físicas y mentales, nuestras habilidades, nuestro dinero. El Señor Jesús nos dice muy claramente que nuestras prioridades deben ser: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” (Mateo 6:33)

¿Cómo sabemos si nuestras prioridades están correctas? En el versículo 21 el Señor Jesús nos dice: “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”

¿Hemos dado una hojeada últimamente a que es lo que estamos “atesorando”? ¿Dónde estamos enfocando nuestro tiempo, energía y recursos? Las decisiones que tomamos cada día muestran nuestras prioridades y dónde nuestro “tesoro” en verdad está. Si atesoramos “cosas”, ahí es donde nuestra prioridad estará. Pero si comenzamos a ver a la gente y las cosas de este mundo como Dios lo hace, Su reino será donde nuestro corazón estará y comenzaremos a entender Sus prioridades.

Esto sólo es posible si atesoramos Su Palabra y tenemos el deseo de pasar tiempo meditando en ella cada día. Si quieres compartir con otros acerca de Jesús y ayudarles a ver las prioridades de esta vida, recomiéndales que lean Nuestro Pan Diario cada día.

Si vives en España, México, Perú, USA, Canadá o Argentina, puedes solicitar muestras impresas de Nuestro Pan Diario de 30 días para compartir con tus amigos y familiares. Solo tienes que enviar un email a Marcia (literatura@rbc.org) pidiéndole las muestras, pero por favor indica tu dirección completa, incluido el país, cuantas muestras necesitas y como vas a utilizarlas.

¡Dios te bendiga y te guarde; que El te conceda hoy los deseos de tu corazón!