En base a datos recogidos de entre más de 20 000 cristianos en 139 países, el estudio Obstacles to Growth (Obstáculos para el crecimiento) encontró que una media de más del 40% de los cristianos alrededor del mundo decían que «a menudo» o «siempre» corren de una tarea a otra. Alrededor del 60% de los cristianos dicen que «a menudo» o «siempre» el ajetreo de la vida se entromete en el desarrollo de su relación con Dios. Está claro que el ajetreo nos preocupa hasta el punto de distraernos de nuestra comunión con Él.
Parece que Marta también permitió que el ajetreo la privase de pasar tiempo con Jesús. Cuando ella les recibió a Él y a Sus discípulos en su hogar, estaba ocupada en preparar la comida, lavarles los pies y asegurarse de que estuvieran cómodos. Había que hacer todas estas cosas, pero Lucas parece insinuar que el ajetreo de Marta en los preparativos degeneró en una carga de trabajo que la distrajo de reflexionar en las palabras de Jesús y disfrutar del tiempo con Él (Lucas 10:38-42).
¿Y qué hay de nosotros? ¿Corremos de una tarea a otra, permitiendo que el ajetreo de la vida e incluso la obra para Jesús nos distraiga hasta el punto de no disfrutar de la dulce comunión con Él? Pidámosle a Dios que nos ayude a disminuir nuestras preocupaciones haciendo de Jesús nuestro centro.