Reposo tranquilo
Hace unos años, mi hijo y yo aceptamos llevar algunos equipos de un amigo a su casa de campo ubicada en un lugar alejado. En esa zona, no había caminos; al menos, ninguno que mi camión pudiera atravesar. Entonces, el administrador de la casa hizo arreglos para encontrarnos al final del camino con un pequeño carro arrastrado por un par de mulas.