Nada de palabrotas
En noviembre de 2008, la Corte Suprema de los Estados Unidos debatió sobre los límites constitucionales del lenguaje profano. El Comité Federal de Comunicaciones citó a una empresa de radiodifusión nacional por haber permitido que dos animadores usaran al aire dos palabrotas de uso corriente. La compañía argumentó que las palabrotas «fugaces» sin una evidente connotación sexual no debían sancionarse. Otros replicaron diciendo que nuestro deber es proteger a los niños de dicho lenguaje.