Acercarse a Dios
Algo que anteriormente solía molestarme era que, cuanto más me acercaba a Dios, más pecador me sentía. Al tiempo, un fenómeno que observé en mi habitación me hizo recapacitar: una pequeña abertura en la cortina de la ventana dejaba pasar un rayo de luz. Al mirar, vi partículas de polvo que volaban en el reflejo. Sin ese rayo, el cuarto parecía limpio, pero la luz revelaba las partículas de suciedad.