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Consultores de imagen


En nuestra era saturada de medios de comunicación, los consultores de imagen se han vuelto imprescindibles. Artistas, deportistas, políticos y empresarios parecen desesperados por manejar cómo los ve el mundo. Estos costosos consultores modelan la imagen de sus clientes… aun cuando, a veces, la imagen pública está en agudo contraste con lo que la persona es por dentro.


El acceso a Dios


La tecnología es una bendición en varios aspectos. ¿Necesitas información sobre un problema de salud? Solamente entra en Internet, y allí encontrarás de inmediato una lista para guiarte en tu búsqueda. ¿Tienes que comunicarte con un amigo? Envías un mensaje de texto, un correo electrónico o una nota en Facebook. No obstante, a veces puede ser frustrante. El otro día, tenía que acceder a información en mi cuenta bancaria, y tuve que responder una serie de preguntas. Como no las recordaba bien, bloquearon la cuenta. Piensa también cuando se interrumpe una conversación importante porque se termina la batería del teléfono, y no puedes volver a conectarte hasta encontrar una toma de corriente para recargarla.


En el mismo bote


Cuando el crucero atracó, los pasajeros desembarcaron lo más rápido posible. Cientos de ellos habían pasado los últimos días aquejados por un virus. Cuando entrevistaron a uno, declaró: «Bueno, no tengo intención de quejarme mucho. Lo único que quiero decir es que todos estábamos en el mismo barco». Su juego de palabras aparentemente involuntario hizo que el reportero sonriera.


Amor y luz


Cuando se acerca el verano, algunos empiezan a planificar qué cultivarán en sus huertas. Comienzan temprano, plantando semillas en invernaderos, donde pueden controlar las condiciones climáticas para que broten. Cuando pasan las heladas, trasplantan los almácigos al exterior. Entonces, se inicia el trabajo de quitar la maleza, abonar, regar, y proteger las plantas de los roedores e insectos. Producir comida implica mucho trabajo.


El libro tras la historia


Millones de personas vieron la película Lo que el viento se llevó, que se estrenó en 1939. Ganó diez premios Oscar y sigue siendo uno de los filmes de más éxito comercial. Se basó en la novela de Margaret Mitchell, de la que se vendieron un millón de ejemplares en seis meses, recibió el premio Pulitzer y se tradujo a más de 40 idiomas. Una película épica suele tener como fuente un libro poderoso e inolvidable.


Dar todo


Durante su único discurso inaugural como presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy desafió así a su pueblo: «No pregunten qué puede hacer su país por ustedes, sino qué pueden hacer ustedes por su país». Fue un llamado renovado a los ciudadanos a dedicar sus vidas para servir a los demás y sacrificarse por ellos. Sus palabras inspiraron de manera especial a los hijos de aquellos hombres y mujeres que habían servido a su país en las guerras.


La esperanza vive


Cuando una tragedia destroza la vida de una persona, esta busca respuestas. Hace poco, una madre que perdió a un hijo adolescente me dijo: «No lo entiendo. No sé si puedo seguir creyendo. Lo intento, pero Dios ya no tiene sentido para mí. ¿Por qué pasó todo esto?». No hay respuestas fáciles para semejantes preguntas. Sin embargo, para los que confían en Cristo, hay esperanza.


¡Ahora, ve!


En 1986, más de 10.000 evangelistas y líderes cristianos se reunieron en Amsterdam para escuchar al predicador Billy Graham. Yo estaba allí y escuché mientras él narraba algunas de sus experiencias. En un momento, para sorpresa mía, dijo: «Permítanme decirles que, cada vez que tengo que predicar, ¡estoy nervioso y me tiemblan las rodillas!».


Final feliz


Un amigo me contó que, una vez, estaba viendo fútbol por televisión mientras su hijita jugaba cerca de él. Enojado porque su equipo jugaba mal, tomó lo que tenía más a mano y lo tiró al piso. El juguete favorito de su hija se hizo añicos, y el corazón de ella también. De inmediato, la abrazó y le pidió perdón. Le dio otro juguete y pensó que estaba todo bien. Sin embargo, no tenía idea de cuánto había asustado a la pequeña de cuatro años, y ella tampoco percibió cuánto le dolió. Con el tiempo, el perdón llegó.


Enfrentar lo imposible


En 2008, los precios de los inmuebles caían en el Reino Unido. No obstante, dos semanas después de que mi esposo y yo pusiéramos en venta la casa donde habíamos vivido 40 años, un comprador ofreció un buen precio y aceptamos. Entonces, los constructores empezaron a trabajar en la casa que yo había heredado, la cual sería nuestro nuevo hogar. Pero, unos días antes de concretar la venta, el comprador se echó atrás. Quedamos devastados. Ahora teníamos dos propiedades: una cuyo valor caía; la otra, casi en ruinas, y a la que no podíamos vender ni mudarnos. Hasta que encontráramos un nuevo comprador, no podíamos pagarle al constructor. Fue una situación imposible.