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Reparar un corazón roto


El Museo de las Relaciones Rotas, en Zagreb, Croacia,, está lleno de donaciones anónimas de recordatorios de amores que no funcionaron. Animales de peluche, cartas de amor enmarcadas en vidrios rotos y vestidos de novia hablan claramente de corazones partidos. Algunos visitantes se van llorando al pensar en lo que perdieron, mientras que otras parejas salen abrazadas y prometiéndose cumplir con lo que esperan uno del otro.


Mantenerse enfocado


Es mi discípula, oí decir a una mujer sobre alguien a quien ella ayudaba. Como seguidores de Cristo, todos debemos hacer discípulos; es decir: hablarles de la buena noticia de salvación a las personas y ayudarlas a crecer espiritualmente. Sin embargo, es fácil dirigir el enfoque hacia nosotros y no hacia Jesús.


El gran Sanador

Los médicos que conozco son inteligentes, diligentes y compasivos. En muchas ocasiones, han aliviado mi sufrimiento, y doy gracias por su capacidad para diagnosticar enfermedades, prescribir medicamentos, acomodar huesos fracturados y suturar heridas. Sin embargo, esto no significa que tenga fe en los médicos en lugar de confiar en Dios.

Un paso más cerca

Hace unos años, un amigo y yo partimos para escalar el monte Whitney, de 4.421 metros de altura, el más alto de Estados Unidos continental. Una noche, llegamos al pie del cerro, extendimos nuestras bolsas de dormir en el campamento y tratamos de descansar antes de empezar el ascenso al amanecer. Para escalarlo, no se requiere ninguna técnica, sino que solo hay que hacer una caminata larga y agotadora en subida constante de unos 18 kilómetros.

El poder de la alabanza

Guillermito fue secuestrado de la acera de su casa cuando tenía nueve años. Durante horas, mientras el secuestrador lo llevaba en un auto, no sabía qué iba a sucederle. Entonces, decidió cantar una canción llamada Toda la alabanza. Mientras repetía la letra una y otra vez, el hombre insultaba y le decía que se callara. Finalmente, detuvo el auto y dejó que Guillermito se bajara… sano y salvo.

Motivado por el amor

En la década de 1920, a pesar de ser amateur, Bobby Jones dominaba el mundo del golf. En una película sobre su vida, hay una escena donde un jugador profesional le pregunta cuándo va a dejar de ser aficionado y empezar a ganar dinero como todos los demás. Jones le explicó que la palabra amateur viene del latín amo, del verbo amar. Su respuesta era clara: jugaba al golf porque amaba ese deporte.

Pensamientos de un sobreviviente

Después que una mujer de 71 años fue rescatada durante el trágico hundimiento de un barco, luchaba contra el sentimiento de culpa del sobreviviente. Desde su cama del hospital, decía que no podía entender por qué estaba bien que ella siguiera viviendo tras un accidente que se había llevado la vida de muchas personas más jóvenes. También lamentaba no saber el nombre del muchacho que la había sacado del agua cuando ella ya no tenía más esperanzas. Luego, agregó: «Quiero comprarle, al menos, una comida, tomarlo de la mano o abrazarlo».

Escuchar con amor

Una noche, un misionero joven habló en nuestra pequeña iglesia. El país donde él y su esposa servían atravesaba una gran agitación religiosa, y se lo consideraba demasiado peligroso para los niños. En uno de sus relatos, contó sobre un episodio desgarrador cuando su hija le pidió que no la dejara en un internado.

La riqueza de la obediencia

Las loterías oficiales existen en más de 100 países. La atracción de enormes premios de dinero ha creado en muchos la idea de que todos los problemas de la vida se solucionarían «si uno se gana la lotería».

¿Dónde nos apoyamos?

«¡Qué testimonios hermosos!», comentó Cintia mientras salíamos. Nuestra amiga Elena había muerto, y varios de sus amigos compartieron sobre lo bromista que había sido siempre. Sin embargo, su vida no fue solo chistes y risas. Su sobrino habló de la fe en Jesús de su tía y de cómo se preocupaba por los demás. Cuando él era adolescente y problemático, ella lo había recibido en su casa. Ahora, con más de 20 años, destacó: «Fue como una madre para mí. Nunca me abandonó en mis luchas. Si no hubiese sido por ella, habría perdido mi fe». ¡Qué influencia maravillosa! Elena se apoyaba en Jesús y quería que su sobrino también lo hiciera.