Tag  |  Nuestro Pan Diario

Privilegio de familia


Cuando estaba en la escuela primaria, en Ghana, tuve que vivir con una familia amorosa y protectora, lejos de mis padres. Un día, todos los hijos se reunieron para un encuentro familiar especial. Primero, todos tuvimos que compartir experiencias personales. Pero, después, cuando solo se requirió la presencia de los «hijos de sangre», me pidieron gentilmente que saliera. En ese momento, la realidad me golpeó: yo no era un «hijo de la casa». Aunque me amaban, me pidieron que saliera, porque solamente vivía con ellos, sin formar legalmente parte de la familia.


Maestro de ajedrez

En la escuela secundaria, estaba orgulloso de mi talento para jugar al ajedrez. Me uní al club de ajedrecistas; y, en cada tiempo libre, leía detenidamente libros clásicos sobre distintas jugadas. Estudié técnicas, gané la mayoría de las partidas y dejé de jugar durante 20 años. Después, conocí a un ajedrecista realmente bueno, quien había seguido perfeccionando su juego, y descubrí cómo es jugar contra un maestro. Aunque yo tenía libertad de hacer cualquier movimiento, ninguna de mis estrategias importó mucho, ya que su superioridad garantizaba que todas sirvieran siempre a su objetivo.


Sabiduría en la web

Si vas a la parte inferior de los sitios de noticias por Internet, encontrarás la sección «Comentarios», donde los lectores pueden poner sus observaciones. Aun las páginas más respetables no escapan a las diatribas, los insultos y las ofensas.

El buen corazón de Dios

Rogelio había atravesado muchas dificultades. Lo operaron del corazón para reparar una válvula. Un par de semanas después, tuvo que volver al quirófano debido a unas complicaciones. Cuando empezaba a mejorarse con terapia física, tuvo un accidente en su bicicleta y se fracturó la clavícula. Como si eso fuera poco, la muerte de su madre le rompió el corazón. Como consecuencia, se desanimó tremendamente. Cuando un amigo le preguntó si había visto a Dios obrar de algún modo, confesó que no.

Cómo tener paz

La Capilla del Silencio Kamppi, en Helsinki, Finlandia, sobresale en medio del contexto urbano. Su estructura ovalada, cubierta de madera, aplaca el ruido de la ajetreada ciudad. Sus diseñadores la crearon para que fuera un refugio silencioso, con un «ambiente tranquilo para que los visitantes se reencontraran a sí mismos».

Me encontró


La película Amazing Grace [Gracia admirable] se filmó con escenas propias de finales del siglo xviii. Cuenta la historia de William Wilberforce, un político a quien su fe en Cristo lo llevó a dedicar su dinero y energía a abolir el comercio de esclavos en Inglaterra. En una escena, el mayordomo de Wilberforce lo halla orando, y pregunta: «¿Encontró a Dios, señor?». Él respondió: «Creo que Él me encontró a mí».


Poder gris


La artista holandesa Yoni Lefevre creó un proyecto llamado «Poder gris», para mostrar la vitalidad de la generación mayor de su país. Les pidió a alumnos de las escuelas que representaran a sus abuelos, ya que quería presentar una «perspectiva clara y sincera» sobre los ancianos y creía que los niños podían brindársela. Los dibujos de los chicos reflejaron un concepto fresco y vivaz sobre sus mayores, ¡ya que mostraban a sus abuelos jugando al tenis, trabajando en el jardín, pintando y muchas cosas más!


¿Quién tiene la culpa?


Mientras levantaba botellas vacías de la playa y las ponía en el cesto de basura que estaba cerca, le refunfuñé a mi esposo: «¿Qué les cuesta traer la basura hasta aquí? ¿Dejar la playa hecha un desorden los hace sentir mejor? Espero que sean turistas. No quiero imaginar que las personas de aquí descuiden tanto nuestra playa».


La batalla del lápiz


Cuando aprendía a escribir, mi maestra de primer grado insistía en cambiar la forma en que yo tomaba el lápiz. Mientras ella me miraba, lo sostenía como ella quería, pero, en cuanto se daba vuelta, obstinadamente lo volvía a poner como a mí me resultaba más cómodo.


Un corazón consagrado


Un exitoso empresario cristiano nos compartió su historia en la iglesia. Fue sincero sobre sus luchas con la fe y su gran riqueza, y declaró: «¡La riqueza me asusta!».