Laguna jurídica
La pequeña Yanina, de cinco años, no estaba empezando bien el día. Todos sus intentos por acomodar el mundo a sus gustos tenían resultados negativos. Discutir no servía; hacer pucheros tampoco; llorar menos. Finalmente, su mamá le recordó el versículo bíblico que la niña había estado aprendiendo: «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Salmo 119:11).