Cambio de perspectiva
Mi esposa es madrugadora; le encanta la tranquilidad que hay antes de empezar las actividades en la casa, y usa ese momento para leer la Biblia y orar. Hace poco, se instaló en su silla favorita, pero se encontró con un sillón bastante desordenado que «alguien» había dejado así la noche anterior, tras mirar un partido de fútbol por televisión. Al principio, el desorden la distrajo, y su frustración conmigo le interrumpió la calidez del momento.