Domar lo indomable
Desde cerdos vietnamitas hasta zorros siberianos, los humanos han aprendido a domar animales salvajes. A la gente le encanta enseñarles a los monos a «actuar» en publicidades o entrenar ciervos para que coman de sus manos. Como señala el apóstol Santiago: «toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana» (3:7).