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Ondas de esperanza


En 1966, el senador estadounidense Robert Kennedy hizo una visita influyente a Sudáfrica, donde brindó palabras de ánimo a los opositores del apartheid en su famoso discurso «Una ola de esperanza», pronunciado en la Universidad de Ciudad del Cabo. Declaró: «Cada vez que un hombre lucha por un ideal, o actúa para ayudar a otros o se rebela ante la injusticia, está generando una pequeña ola de esperanza, y millones de esas pequeñas olas, cruzándose entre sí y sumando intensidad, forman un maremoto capaz de derrumbar los muros de resistencia y opresión más poderosos».


Continuará…


Durante mi niñez y adolescencia, en la década de 1950, los sábados por la tarde solía asistir a un cine local. Junto con dibujos animados y una película, presentaban una serie de aventuras que siempre terminaba con el héroe o la heroína enfrentando una situación difícil. Daba la impresión de que no había salida, pero cada episodio terminaba con la palabra «Continuará…».


Candados del amor


Los «candados del amor» son un fenómeno creciente. Miles de personas enamoradas han colocado estos candados en puentes, puertas y cercas en todo el mundo. Las parejas graban sus nombres en ellos y los colocan en lugares públicos como un símbolo de su amor eterno. A algunas autoridades no les gusta debido al peligro que pueden generar si se colocan demasiados. Algunos piensan que son actos vandálicos, mientras que otros los consideran obras artísticas hermosas y cuadros del compromiso del amor.


El poder de la gente


Un hombre estaba subiendo a un tren en Perth, Australia, cuando resbaló y la pierna le quedó atrapada en el espacio entre el vagón y la plataforma de la estación. Decenas de personas se acercaron rápidamente para ayudarlo. Con todas sus fuerzas, empujaron el vagón hacia el costado, ¡y el hombre fue liberado! En una entrevista, el vocero del servicio ferroviario declaró: «De algún modo, todos participaron. Fue el poder de la gente que salvó a alguien de un posible daño grave».


La tiranía de la perfección

Al Dr. Goldman lo obsesionaba ser perfecto al tratar a sus pacientes. Sin embargo, en un programa de amplia difusión, admitió que había cometido errores. Reveló que, luego de tratar a una mujer en la sala de primeros auxilios, decidió darle el alta. Más tarde, una enfermera le preguntó: «¿Recuerda a esa paciente que mandó a su casa? Bueno, volvió». La habían vuelto a internar y murió. La situación lo devastó. Se esforzó aun más para ser perfecto, pero aprendió lo inevitable: es imposible ser perfecto.

Proyecto Babel

A dos obreros les preguntaron qué estaban construyendo. Uno dijo que era un garaje, pero el otro contestó que edificaba una catedral. Al día siguiente, había uno solo poniendo ladrillos. Cuando le preguntaron dónde estaba el otro, respondió: «Ah, sí, lo despidieron. Insistía en construir una catedral en lugar de un garaje».

La edad no importa

Después de trabajar durante 50 años en su consultorio dental, Dave Bowman planeaba jubilarse y descansar. La diabetes y una cirugía cardíaca confirmaron su intención. Sin embargo, cuando escuchó sobre un grupo de refugiados jóvenes en Sudán, que necesitaban ayuda, tomó una decisión que transformó su vida: accedió a patrocinarlos.

No lo pospongas


Durante años, le hablé a mi primo lejano sobre su necesidad de un Salvador. Hace poco, cuando vino a visitarme y volví a invitarlo a recibir a Cristo, respondió de inmediato: «Me gustaría aceptar a Cristo y unirme a una iglesia, pero todavía no. Vivo entre personas con otras creencias. A menos que me mude, no podré practicar bien mi fe». La persecución, el ridículo y la presión de sus pares fueron las excusas para posponer su decisión.


Constatar la verdad


«Una araña selvática mortífera ha migrado a nuestro país y está matando gente», decía el artículo que me enviaron a mí y a la lista de contactos de email de mi amigo. La historia sonaba creíble; repleta de nombres de científicos y de situaciones de la vida real. Sin embargo, cuando la verifiqué en páginas de Internet confiables, descubrí que era mentira; un engaño de la web. Su autenticidad solo podía ser verificada consultando una fuente confiable.


Pasos de bebé


Mi hijita está aprendiendo a caminar. Tengo que sostenerla, y ella se aferra a mis dedos porque todavía se siente inestable. Tiene miedo de caerse, pero yo estoy allí para sostenerla y cuidarla. Mientras camina con mi ayuda, sus ojos destellan gratitud, felicidad y seguridad. Sin embargo, a veces llora porque no la dejo ir por lugares peligrosos… no se da cuenta de que estoy protegiéndola.