Fiebre de salida
El 28 de enero de 1986, el transbordador espacial Challenger despegó en medio de una obertura estruendosa de ruido y llamas. Apenas 73 segundos después, una falla en el sistema destruyó el transbordador, y los siete tripulantes murieron.
Mirar hacia delante
Cuando el gran pintor holandés Rembrandt murió inesperadamente a los 63 años de edad, encontraron una pintura sin terminar en su atril. Se trata de la emoción de Simeón al sostener al bebé Jesús en el templo de Jerusalén, cuarenta días después de su nacimiento. Sin embargo, el fondo y los detalles quedaron inconclusos. Algunos expertos creen que Rembrandt sabía que se acercaba al fin de su vida y, como Simeón, estaba listo para que el Señor lo despidiera (Lucas 2:29).
Una vista mejor
Cuando era pequeña, me encantaba trepar a los árboles. Cuanto más alto subía, más podía ver. De vez en cuando, en busca de una mejor vista, iba avanzando por alguna rama hasta que sentía que empezaba a doblarse. Por supuesto, mis días de trepar árboles pasaron. Supongo que no es demasiado seguro… o decoroso.
Quédate quieto
Hace años, respondía a las pocas semanas las cartas que recibía. Después, llegó la máquina de fax, y todos parecían contentarse con recibir una respuesta a los dos días. Hoy, con el email, los mensajes instantáneos y los teléfonos celulares, ¡la gente espera que responda el mismo día!
La vista desde la montaña
El valle donde vivo puede ser muy frío en invierno. Las nubes y la niebla cubren el suelo como un manto, atrapando el aire helado bajo capas más cálidas. Sin embargo, se puede ir más arriba . Allí cerca, hay una carretera que sube a una montaña de 2.300 metros que se eleva desde nuestro valle. A los pocos minutos de conducir, sales de la niebla y emerges a la calidez y el resplandor de un día de sol. Puedes mirar hacia abajo y ver las nubes que envuelven el valle, y observarlo desde un punto de vista diferente.
Cuatro formas de mirar
Mientras luchaba con algunas situaciones difíciles con sus hijos, Juana se sentó en la reunión de alabanza. Exhausta, tenía ganas de «renunciar» a su papel de madre. Las cuatro reflexiones que escuchó esa mañana la ayudaron a seguir adelante:
La voz de la fe
La noticia fue abrumadora. Las lágrimas vinieron con tanta rapidez que ella no pudo reprimirlas. Las preguntas inundaban su mente, y el temor amenazaba con abrumarla. Todo iba tan bien cuando, de repente, la vida fue interrumpida y cambió para siempre sin previo aviso.
Soledad y servicio
El comediante Fred Allen dijo: «Una celebridad es una persona que se esfuerza toda su vida para ser conocida, y luego, usa anteojos oscuros para evitar que la reconozcan». La fama trae la pérdida de la privacidad, junto con un implacable frenesí de atención.
Abrir puertas
Charlie Sifford es un nombre importante en el deporte. Fue el primer jugador afroamericano en jugar en la Asociación de Golfistas Profesionales, en un deporte que, hasta 1961, tenía una cláusula que prohibía la participación de personas de color. Sifford soportó la injusticia y el acoso racial, y se ganó su puesto en el nivel más alto del juego: ganó dos torneos y, en 2004, fue el primer afroamericano en entrar en el Salón de la Fama del Golf Mundial. Charlie Sifford abrió la puerta para los jugadores de golf de todas las etnias.
Escrito en nuestro corazón
En mi vecindario, abundan las inscripciones religiosas: en placas, paredes, puertas, vehículos comerciales e, incluso, en nombres de negocios. Puede leerse Por la gracia de Dios en un autobús; y El favor divino en el cartel de una librería. El otro día, no pude evitar sonreír al leer detrás de un Mercedes Benz: Tome distancia… ¡ángeles en guardia!