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Prueba de fuego

El invierno pasado, mientras visitaba un museo de historia natural, aprendí algunas cosas notables sobre los álamos. Un bosque entero de estos delgados árboles puede desarrollarse a partir de una sola semilla y compartir el mismo sistema de raíces. Este sistema puede existir miles de años sin producir árboles, dormido bajo tierra, hasta que un incendio, una inundación o una avalancha permite que las raíces perciban el sol y se abran paso entre las sombras del bosque. La savia que sube se convierte en árbol.

Dar fruto bueno

La vista desde la ventanilla del avión era asombrosa: una angosta franja de campos sembrados y huertas se extendía entre dos montañas estériles. A lo largo del valle, corría un río con agua vivificadora, sin la cual, no habría fruto.

Así como una cosecha abundante depende de una fuente de agua limpia, la calidad del «fruto» en mi vida —mis palabras,…

Administrador de imagen

Para celebrar los 80 años de Winston Churchill, el parlamento británico le encomendó al artista Graham Sutherland que pintara un retrato del célebre estadista. A Churchill no le gustó el resultado, ya que, en vez de mostrarlo como a él le gustaba, aparecía desplomado en una silla y con su característico ceño fruncido; fiel a la realidad, pero nada atractivo.…

Oriente y Occidente se encuentran

Cuando unos alumnos del sudeste de Asia conocieron a un maestro norteamericano, este aprendió una lección. Después de tomarle a la clase un examen de elección múltiple, se sorprendió al ver que no habían contestado muchas preguntas. Mientras les devolvía las hojas corregidas, sugirió que, la próxima vez, en lugar de dejar el espacio en blanco, eligieran una respuesta al azar. Sorprendido, uno de los alumnos levantó la mano y preguntó: «¿Y si, por casualidad, elijo la respuesta correcta? Implicaría que la sé, pero no es cierto». El alumno y el maestro tenían perspectivas y prácticas diferentes.

Tú no

David había hecho los planos. Diseñó el mobiliario, reunió los materiales, organizó todo (ver 1 Crónicas 28:11-19), pero el primer templo que se construyó en Jerusalén se conoce como el templo de Salomón, no de David.

Su rostro maravilloso

Mi hijo de cuatro años está llenó de preguntas, y habla todo el tiempo. Me encanta charlar con él, pero ha desarrollado un feo hábito de hablarme dándome la espalda. Muchas veces, termino diciendo: «No te escucho. Por favor, mírame cuando me hablas».

Arrullo consolador

Mi amiga me confió el privilegio de sostener a su preciosa hija de cuatro días de edad. Poco después de tomarla en mis brazos, la bebé empezó a protestar. La abracé un poco más, puse suavemente mi mejilla contra su cabeza, y empecé a hamacarla y a tararearle con delicadeza para calmarla. A pesar de mis denodados esfuerzos y mis más de quince años de criar hijos, no lo logré. Se ponía cada vez peor, hasta que volví a colocarla en el hueco arrullador del brazo de su mamá. La paz la envolvió casi de inmediato; dejó de llorar y su cuerpecito recién nacido se relajó en la seguridad en la que ya confiaba. Mi amiga sabía exactamente cómo sostener y palmear a su hijita para aliviar su malestar.

¿Por qué cosas te conocen?

En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar como maestro en Tianjin […]. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a hacer todo lo posible para el mejoramiento de la humanidad».

Lluvias refrescantes

Necesitaba un descanso y fui a caminar por un parque cercano. Mientras andaba por un sendero, una ráfaga de verde me llamó la atención. En medio del barro, aparecían brotes de vida que, en pocas semanas, se convertirían en alegres narcisos, anunciando la llegada de la primavera y el calor. ¡Había pasado otro invierno…!

Correr y descansar

El titular me llamó la atención: «El descanso es importante para los corredores». El artículo de un exmiembro de una selección nacional de corredores de montaña enfatizaba un principio que, a veces, los atletas dedicados ignoran: el cuerpo necesita descansar y recuperarse después del ejercicio. Y agregaba: «Fisiológicamente, las adaptaciones que ocurren como resultado del entrenamiento solo se producen durante el descanso. Esto significa que descansar es tan importante como los ejercicios».