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El llamado de Dios

Una mañana, mi hija le dio su teléfono celular un momento a su pequeño de once meses para que se entretuviera. Menos de un minuto después, sonó mi teléfono, y cuando contesté, escuché su vocecita. De alguna manera, había apretado el número de discado rápido para llamarme, y tuvimos una conversación inolvidable. Mi nieto solo dice unas pocas palabras, pero conoce mi voz y responde. Así que hablé con él y le dije cuánto lo amaba.

El desafío de los quince minutos

El Dr. Charles W. Eliot creía que las personas que leen con regularidad obras excelentes de literatura, al menos unos minutos al día, obtienen una valiosa educación. En 1910, compiló selecciones de libros de historia, ciencia, filosofía y arte en 50 volúmenes llamados Los Clásicos de Harvard. Cada serie incluye la guía de lectura del Dr. Eliot, titulada: «Quince minutos al día», y contiene selecciones recomendadas de ocho a diez páginas para cada día del año.

¿Qué queremos?

«Vi desde un coche tirado a caballos hasta un hombre que caminaba sobre la luna», le dijo el anciano a su nieta. Pero, luego, reflexionó: «Qué rápido pasa todo…».

Perfecta paz

Una amiga me dijo que, durante años, había buscado paz y felicidad. Junto a su esposo, estableció un negocio exitoso y pudo comprar una casa grande, ropa elegante y joyas costosas. Sin embargo, ni estas posesiones ni su amistad con personas influyentes pudieron satisfacer su anhelo de paz interior. Entonces, un día, cuando se sentía deprimida y desesperada, una amiga le contó la buena noticia de Jesús. Así descubrió al Príncipe de paz, y su comprensión de la paz verdadera cambió para siempre.

Alguien en quien confiar

«No puedo confiar en nadie —sollozó mi amiga—. Cada vez que lo hago, me lastiman». Un exnovio había empezado a esparcir rumores sobre ella. Como le costaba confiar después de una infancia dolorosa, esta traición pareció confirmar que no se puede confiar en nadie.

Sobre la roca

Una cruz enorme e iluminada se levanta sobre Table Rock, una meseta rocosa que se ve desde mi ciudad. En la tierra aledaña, se construyeron varios hogares, pero, hace poco, los dueños tuvieron que mudarse por cuestiones de seguridad. A pesar de estar cerca del sólido fundamento de esta meseta rocosa, las casas no son seguras. Estuvieron moviéndose sobre sus cimientos, lo cual podría romper caños importantes y acelerar el deslizamiento.

Todo lo que necesitamos

A menudo, me siento completamente inepto para las tareas que tengo por delante. Ya sea enseñar, aconsejar o escribir, el desafío suele parecer mayor que mi capacidad. Al igual que Pedro, tengo mucho que aprender.

La hermosura del quebrantamiento

El kintsugi es el antiguo arte japonés de reparar cerámica rota. Se utiliza polvo de oro mezclado con resina para reparar piezas fracturadas o rellenar las grietas. En lugar de esconder el arreglo, este arte saca belleza de algo roto.

Esperar y ofrecer misericordia

Cuando me quejé por cómo me afectaban las decisiones pecaminosas de una amiga, la mujer con la que oraba todas las semanas respondió: «Oremos por todas nosotras».

Honor en todo momento

Siempre me llamó la atención el cambio de la guardia en la Tumba al Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. La ceremonia con una esmerada coreografía es un tributo a los soldados cuyos nombres y sacrificio «solo Dios conoce». Igualmente conmovedor es ver a los que caminan por allí cuando las multitudes ya no están: van y vienen, día tras día, incluso con mal clima.