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Espera en el Señor

Con tantas formas actuales de comunicación instantánea, nuestra impaciencia por recibir una respuesta de los demás es a veces ridícula. ¡Alguien que conozco le mandó un correo electrónico a su esposa y después la llamó por teléfono porque no podía esperar que le contestara!

Dios en la tormenta

Una mañana temprano, el viento empezó a soplar y las gotas de lluvia golpeaban mi casa como si fueran piedrecitas. Eché un vistazo por la ventana, al cielo gris amarillento, y observé mientras los árboles se balanceaban con el viento. Surcos hechos por los rayos iluminaban el cielo, acompañados de truenos que hacían temblar. La electricidad iba y venía, y yo me preguntaba cuánto duraría el mal tiempo.

Ingredientes saludables

Mi esposa Martie es muy cuidadosa cuando se trata de comprar alimentos saludables y nutritivos. Sin importar cuán atractivo sea el paquete, ella revisa la lista de ingredientes en el dorso de la caja. Muchísimas palabras difíciles de pronunciar suelen indicar la presencia de conservantes que no ayudan a una buena nutrición. Siempre los coloca de vuelta en el estante y sigue buscando etiquetas con listas de productos naturales beneficiosos para la salud.

Amar y saber

En una novela de Jonathan Safran Foer, uno de los personajes hablaba del edificio Empire State en Nueva York, y dijo: «Conozco este edificio porque lo amo».

Re-creación

A Chris Simpson solía consumirlo el odio. Después que él y su esposa perdieron su primer hijo, estaba confundido y amargado. Dirigió esa rabia hacia diversos grupos étnicos y se cubrió el cuerpo con tatuajes que expresaban esos sentimientos.

Perder y hallar la vida

Cuando la Madre Teresa murió, en 1997, la gente volvió a maravillarse ante su ejemplo de servicio humilde a Cristo y a los más necesitados. Pasó 50 años sirviendo a los pobres, los enfermos, los huérfanos y los moribundos a través de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, India.

La campaña

Todos los años, los jóvenes de nuestra comunidad participan en la campaña Sé amable, dirigida por una organización de salud mental. En 2012, 6.000 estudiantes llevaron sobre su ropa durante los eventos deportivos de sus escuelas las palabras SÉ AMABLE. Un director declaró: «Queremos que los alumnos asistan a la escuela y aprendan sin que el miedo, la tristeza o la preocupación al estar con sus semejantes los distraigan. Estamos esforzándonos para asegurarnos de que los alumnos se edifiquen unos a otros, en vez de hostigarse».

¡Un día!

Era el día después. Mi equipo favorito había perdido la final, y el sueño de ganar el campeonato había terminado. Afuera hacía frío y el cielo estaba algo encapotado cuando subí al auto para ir a trabajar. Nada de esto habría importado mucho, pero daba la impresión de que iba a ser un lunes gris.

Corazones descarriados

El otoño pasado, una carretera de la ciudad donde vivo estuvo cerrada durante varias horas porque un camión con ganado había volcado. Las vacas habían escapado y vagaban por la autopista. Ver esta noticia sobre ganado a la deriva me hizo pensar en algo que hacía poco había estudiado en Éxodo 32 sobre el pueblo de Dios que se había alejado de Él.

¿Hasta cuándo?

Durante nueve largos años, Saúl persiguió a David «como quien persigue una perdiz por los montes» (1 Samuel 26:20). David oró: «¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? […] ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?» (Salmo 13:1-2).