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Esperanza bienaventurada

Han ido y venido muchísimas predicciones sobre el fin del mundo. Estas cosas perturban y suelen llenar de miedo a la gente. No obstante, la Biblia habla de un tiempo llamado «día del Señor», cuando Él realmente volverá. Sin lugar a dudas, sucederá, pero solamente Dios sabe cuándo.

«Yo… eehh… perdón»

Los noticieros son rápidos para informar todos los detalles de los errores de los famosos y sus confesiones subsiguientes. Quizá se trate de un deportista arrestado por conducir ebrio o de un político descubierto en una inmoralidad. Solamente Dios conoce el corazón, pero cuando escuchamos un entrecortado «yo… eehh… perdón», tal vez nos preguntamos si esa persona está realmente arrepentida o si solo lamenta haber sido descubierta.

El poder de la compasión

Francis Schaeffer, escritor y apologeta cristiano, tenía dificultades para deletrear las palabras correctamente debido a su dislexia. En la universidad donde asistió, los errores de ortografía bajaban sus calificaciones en todos los trabajos escritos que debía presentar. Durante su primer año de estudios, un profesor le dijo: «Esta es la mejor monografía de filosofía que he leído en toda mi vida, pero es la peor escrita. ¿Qué voy a hacer? No puedo aprobarte».

Pertenencia

Mi papá tenía muchísimas historias sobre su pueblo natal. Puedes imaginarte qué emoción sentíamos cuando, en mi infancia, íbamos con toda la familia allí cada verano. Pescábamos junto al río San José y visitábamos la granja de su niñez, donde todas aquellas historias habían cobrado vida. Aunque ese lugar nunca había sido realmente el mío, siempre que lo visito —ahora con mis propios hijos, ya crecidos, y con mis nietos— me envuelve un nostálgico sentimiento de pertenencia.

Reflejos en las ventanas

Durante nuestras vacaciones en Alaska, vi gran parte del panorama a través de las ventanillas de vehículos en movimiento. Estaba agradecida por los vidrios que me permitían ver la belleza y mantenerme seca y abrigada. Pero las ventanillas también representaban un desafío: cuando llovía, las gotas por fuera obstaculizaban la visión, y cuando cambiaba la temperatura, se empañaban por dentro.

Desde la niñez

El verano pasado, nuestra iglesia invitó a un joven a unirse al equipo pastoral. Mientras Caleb contaba que había crecido en Costa Rica cuando su familia estaba sirviendo a Cristo allí, reflexionó en las palabras de 2 Timoteo 3:14-17 y dijo que desde su niñez había conocido la Biblia. Sus padres le habían enseñado las verdades de las Escrituras para que pudiera ser «sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús» (v. 15). Reconoció que su preparación para ser pastor había comenzado cuando todavía era un niño.

La confrontación

Después de que una librería local reacomodó sus estantes, observé que los títulos sobre brujería y hechicería habían aumentado. Es más, la sección sobre religión se había convertido en una virtual «confrontación» entre la luz y la oscuridad. Los títulos cristianos se encontraban de un lado del pasillo, mientras que casi la misma cantidad de libros de ocultismo estaban del otro.

El otro ochenta por ciento

Hace poco, vi un cartel que decía que el ochenta por ciento de los seres vivientes de la Tierra están en los mares. Ese número sorprendente es difícil de asimilar, en gran parte porque la mayoría de esos seres no se ven.

Tiempo de reflexionar

A los padres les encanta recordar momentos clave en el desarrollo de sus hijos. Algunos registran en un libro de bebés cuando sus pequeños se dieron la vuelta en la cama por primera vez, empezaron a gatear y dieron los primeros pasos. A menudo, les toman fotos y guardan algunas de sus ropas para traer a la memoria aquellas experiencias preciosas.

Corina

El invierno pasado, estábamos ayudando a acomodar cajas con materiales en un evento de Nuestro Pan Diario, cuando Corina nos saludó. Era a mediados de la mañana, y ella estaba segura de que debíamos tener hambre y sed. Le dije que estábamos «bien», pero ella respondió: «Yo sé que están bien, pero necesitan comer algo». Pocos minutos después, regresó con un poco de agua fresca y algo para comer.