¿Por qué tengo que preocuparme por la condenación de Dios si soy una persona moral que no ha cometido ningún pecado grave?
Esta pregunta es una respuesta común cuando a la gente se la confronta con el evangelio. La gente sabe que es pecadora, pero se consuela a sí misma pensando que no es peor que la mayoría. A pesar de sus pecados y faltas, puede que trate de vivir por un conjunto de valores morales coherentes. Siempre y cuando tenga normas…