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Articles by Julie Ackerman Link

Amados para amar

«El corazón no se juzga por cuánto amas, sino por cuánto te aman los demás». Vi esta cita atribuida al Mago de Oz en una placa en la pared de una tienda de regalos.

Amar y saber

En una novela de Jonathan Safran Foer, uno de los personajes hablaba del edificio Empire State en Nueva York, y dijo: «Conozco este edificio porque lo amo».

¿Cómo provee Dios?

Fuera de la ventana de mi oficina, las ardillas se apresuran a enterrar sus bellotas en un lugar seguro y accesible antes de que llegue el invierno. Me divierte su conmoción. Un rebaño de ciervos puede atravesar nuestro patio trasero sin que se oiga, pero una ardilla suena como una invasión.

Muchísimo más

«No va a pasar nunca, tía Julie, quítate esa idea de la mente».

Fuego y lluvia

Un incendio voraz se desató en los hermosos cañones cerca de Colorado Springs, en Estados Unidos, y destruyó el hábitat de varias especies de la flora y fauna silvestres, y cientos de casas. Toda la nación clamó a Dios pidiéndole que enviara lluvia para apagar las llamas, terminar con la destrucción y dar un respiro a los bomberos. Las oraciones de algunas personas incluían algunas condiciones interesantes: que Dios fuera misericordioso y mandara lluvia, pero sin relámpagos, porque temían que estos desencadenaran más incendios.

Dios tenía otros planes

Mi amiga Linda creció planeando servir en la obra misionera como médica. Ama al Señor y quería servirlo llevando el evangelio a enfermos en lugares del mundo donde la asistencia médica es escasa. Pero Dios tenía otros planes. Ella logró su objetivo, pero no como esperaba.

Iluminar la noche

Una agradable noche de otoño, cuando el cielo estaba oscuro y la luna llena, miles de personas en la ciudad donde vivo se reunieron junto al río para lanzar luces de Bengala. Al hacerlo, vieron cómo se elevaban para unirse a la luna en una deslumbrante exhibición que convirtió el cielo nocturno en una destellante obra de arte.

Conciencia de imagen

Cuando mis primos y yo miramos fotos antiguas de la familia, bromeamos sobre los rasgos físicos que hemos heredado. En primer lugar, observamos los negativos: piernas cortas, dientes torcidos, remolinos en el cabello. Todos podemos identificar fácilmente en nuestros antepasados la parte que menos nos gusta de nuestro cuerpo. Pero también heredamos rasgos del carácter… algunos buenos y otros no tanto. Sin embargo, a estos no siempre les prestamos mucha atención.

Reflejos en las ventanas

Durante nuestras vacaciones en Alaska, vi gran parte del panorama a través de las ventanillas de vehículos en movimiento. Estaba agradecida por los vidrios que me permitían ver la belleza y mantenerme seca y abrigada. Pero las ventanillas también representaban un desafío: cuando llovía, las gotas por fuera obstaculizaban la visión, y cuando cambiaba la temperatura, se empañaban por dentro.

Camino en construcción

En Michigan, donde vivo, bromeamos diciendo que tenemos dos temporadas: el invierno y la construcción de caminos. Los duros inviernos dañan las carreteras, así que los equipos de reparación empiezan a trabajar en cuanto el hielo se derrite y el terreno se descongela. Aunque lo llamamos «construcción», gran parte de lo que hacen parece una «destrucción». En algunos casos, solo tapar agujeros no basta; hay que reemplazar el camino viejo por otro nuevo.