Lo que necesitamos
Las historias desgarradoras no dejan de ocurrir. El amigo cuya hija ha abandonado a su esposo e hijos; los padres que acabo de conocer y que perdieron a sus hijos adolescentes en accidentes automovilísticos; el líder y pilar de la iglesia cuyos años de jubilado han estado marcados por una serie de malas noticias sobre su salud. Tú conoces las historias. Incluso, tal vez tengas la tuya.
La puerta escondida
No fue la primera vez que sucedió en los deportes ni será, sin duda, la última, pero volver a mencionarlo quizá nos prevenga de cometer un error similar.
Servir bien y con alegría
Hoy, hace nueve años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas.
Ganadores y perdedores
Cuando terminó la final de la Liga de Fútbol Americano y los Green Bay Packers les ganaron a los Bears [Osos] de Chicago, mi hija Lisa notó que Eliana, su hijita de cuatro años, estaba llorando. Le pareció extraño, ya que a ninguno de los padres de la niña le interesaba particularmente quién ganara el juego.
¿De Marte?
«Microbios de Marte cayeron en el propio planeta Tierra… y la descendencia de esos microbios sigue estando aquí: somos nosotros». Así especulaba un astrónomo sobre cómo se originó la vida en Marte y, después, esa vida llegó a la Tierra.
¿Qué problema hay?
Al césped de mi casa le pasaba algo raro. No podía descubrir qué era, pero sabía que alguna cosa lo estaba dañando.
Mi amigo Guillermo
Cuando nos bajamos del autobús para visitar un hogar de niños con discapacidades psicofísicas, en Cospe, Jamaica, nunca imaginé que me encontraría con un jugador de fútbol. Cuando el coro de jóvenes y los otros adultos acompañantes se dispersaron para abrazar a los niños, demostrarles afecto y jugar con ellos, yo me crucé con un joven llamado Guillermo.
El mejor maestro
Al hablar con unos jóvenes sobre cómo prepararse para el futuro, hubo varios que dijeron algo así: «Debemos involucrarnos en las actividades mundanas para experimentar situaciones pecaminosas, y tratar con personas impías para fortalecernos».
Llegar al cielo
Mientras trabajaba con alumnos de tercero y cuarto grado en la Escuela Bíblica de Vacaciones de nuestra iglesia, decidí darles un regalo el último día a los 25 niños. Pero les dije que, para recibirlo, tendrían que decirme cómo puede una persona ir al cielo.
¿Estar firmes o moverse?
Los israelitas estaban atrapados. Poco después de dejar Egipto y la esclavitud, miraron hacia atrás y vieron algo desalentador: una nube de polvo se les acercaba… era un enorme ejército. A Faraón le había vuelto a atacar su «enfermedad»: la dureza de corazón (Éxodo 14:8). Entonces, envió sus carros para perseguir a Moisés y al pueblo.