Elisa Morgan dice que aceptamos el mito de la familia perfecta y dijo: «Promesas preconcebidas a respecto de la familia pueden tener su origen en las buenas intenciones, pero esta forma de pensar no es realista, no ayuda y tampoco hace bien.»
La familia es una institución imperfecta. Personas disfuncionales se convierten en padres imperfectos que construyen las familias sin estructura. Pero, de hecho, esta interrupción es normal y es exactamente en esta condición que Dios quiere trabajar con nosotros. Aceptar nuestra fragilidad nos ajustara a los planes del Señor, permitiéndonos descubrir la belleza en nosotros mismos y nuestros familiares.
¿Cuál es la idea de mamá de una casa soñada? ¿Una casa de un piso con mucho terreno y un patio cercado para los niños, tres dormitorios, dos baños grandes, una sala de estar grande, una cocina moderna y un garaje para dos autos? O tal vez la casa soñada tenga un hermoso jardín con vista a un lago tranquilo.
Por muy buenas que sean estas comodidades, la mayoría de las madres sabe que se necesita más que eso para que una casa sea un hogar. Las características más importantes de un hogar son las cualidades espirituales y el amor entre padre, madre e hijos.
En Proverbios 15, Salomón dijo que es mejor vivir en la pobreza con temor del Señor que poseer grandes tesoros y tener problemas por ellos (v.16). Es mejor comer hierbas donde hay amor que sentarse a comer ternera o filete donde hay riña (v.17). Y una casa soñada es un lugar donde los niños obedecen a su padre y honran a su madre (v.20). Una atmósfera amorosa y espiritual es la característica más deseada en un hogar, y eso se puede encontrar en una casa de una sola habitación o en una mansión espaciosa.
Sí, creo que todos estaríamos de acuerdo en que el amor a nuestra familia y el temor del Señor pueden convertir cualquier casa en una casa soñada. Es un lugar donde mamá, y el resto de la familia, encontrarán el verdadero gozo.