Tengo una amiga que lee primero el último capítulo cuando comienza una nueva novela de suspenso. «Quita la ansiedad de la lectura», afirma. Lo mismo pasa con los creyentes: como sabemos el final de la historia, podemos ser centros de paz en medio del tremendo caos; de calma frente a la tragedia.
En Filipenses 4:5, Pablo denomina esta actitud «gentileza», o moderación. Es un término que implica «paz bajo presión». Alude a la fortaleza deliberada y tranquila con que enfrentamos las circunstancias inquietantes de cada día. Los reinos pueden caer; los amigos, fallar; las iglesias, desaparecer; los océanos, crecer; y las montañas, derrumbarse; pero nosotros seguir en paz.
¿Cómo mantenemos semejante compostura? Recordando que «el Señor está cerca» (Filipenses 4:5). Está de pie al otro lado de la puerta, y listo para aparecer y recomponer todo lo que anda mal. Entonces, este mundo y todos sus problemas se convertirán en el reino de nuestro Señor, y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar» (Habacuc 2:14).
Jesús declaró: «Ciertamente vengo en breve» (Apocalipsis 22:20). ¡Podría ser hoy! Es lo último que dijo en el mismísimo capítulo final de su Libro.