El faro Mission Point se construyó en 1870 en una península del norte de Michigan, en Estados Unidos, para advertir a los barcos de los bancos de arena y las costas rocosas en el Lago Michigan. Obtuvo su nombre de otra clase de faro, una iglesia misionera que se había edificado 31 años antes.
En 1839, el reverendo Peter Dougherty obedeció el llamado a convertirse en pastor de una iglesia en Old Mission integrada por nativos norteamericanos que vivían más al sur en esa misma península. Bajo su liderazgo, un pujante grupo de granjeros, maestros y artesanos trabajó hombro a hombro para mejorar la vida comunitaria.
Cuando los creyentes en Cristo trabajan unidos, esta comunión de la fe proporciona luz espiritual en medio de la oscuridad de este mundo (Filipenses 2:15-16). Jesús dijo: «Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. […] Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).
El faro Mission Point advertía a los barcos del peligro, pero la iglesia Old Mission original brindaba guía espiritual para todos los que escucharan. Los creyentes hacemos lo mismo en forma individual y a través de nuestras iglesias. Somos el faro de Dios porque Jesús vive en nosotros.