Manuel González fue el primer rescatador que llegó al lugar donde 33 mineros estuvieron atrapados durante 69 días en una mina chilena en 2010. Arriesgó su vida al descender más de 600 metros (2.000 pies) para llevarlos a la superficie. El mundo miraba con asombro mientras un minero tras otro era rescatado y liberado.
La Biblia nos habla de un rescate aun más asombroso. Por la desobediencia de Adán y Eva, toda la humanidad está atrapada en el pecado (Génesis 2:17; 3:6, 19; Romanos 5:12). Incapaz de liberarse, cada ser humano enfrenta la muerte, física y eterna. Pero Dios ha provisto un Rescatador: Jesucristo, el Hijo de Dios. Todo aquel que acepta el regalo de la salvación ofrecido mediante su muerte y resurrección es liberado de las garras del pecado y de la pena de muerte resultante (Romanos 5:8-11; 10:9-11; Efesios 2:1-10). Jesucristo es «primicias de los que durmieron» (1 Corintios 15:20). Fue el primero en resucitar de los muertos, para no volver a morir jamás. Asimismo, todos los que ponen su fe en Él reciben la vida (Romanos 8:11).
¿Sigues atrapado en tus pecados? Acepta el regalo de la salvación que Dios ofrece y disfruta de la libertad en Cristo en esta vida y de la eternidad con Él (Hechos 16:31; Efesios 2:1; Colosenses 2:13).