Cuando tenía doce años, sentí curiosidad por ver la Biblia que le habían regalado a mi papá cuando se jubiló de la papelera. Venía en una caja especial de cedro con las palabras SANTA BIBLIA, y yo supuse que «santa» significaba prohibido tocar. Aun así, di una mirada para ver qué había adentro. En el centro, tenía una ilustración de Jesús colgado en una cruz, junto con las palabras de Juan 3:16. También tenía una lámina transparente color rojo que cubría la hoja, lo cual supuse que significaba que el Señor Jesús derramó su sangre y murió.
De vez en cuando, cuando nadie me veía, tomaba delicadamente el santo Libro del estante, abría la caja y miraba la imagen de Jesús en la cruz, leía el versículo y me preguntaba sobre este Hombre y la razón de su muerte. No estaba segura de si su amor tenía que ver conmigo o si era también algo prohibido.
Varios años después, oí un mensaje que explicaba que Dios había hecho posible acceder a su amor por medio de Jesús. Romanos 5:1-2 declara: «… tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes». Creí en Jesucristo y lo recibí para que me salvara de mi pecado.
¿Acaso no estás agradecido de que la Biblia y el amor de Dios no digan prohibido tocar? Recibe su perdón; está destinado a personas que no son santas, como tú y yo.