En nuestra iglesia solemos cantar una hermosa canción de Ron y Carol Harris: En este mismo lugar. Empieza diciendo: «En este mismo lugar, hay suficiente amor para alguien como yo». Esta canción me recuerda que, aunque haya mucho entusiasmo por reunirse con otros creyentes para adorar, lo importante es que Cristo esté presente. Pero la idea va más allá. El Señor no solo está con nosotros en la iglesia, sino en cada lugar de nuestra vida.
Me pregunto dónde te encontrarás mientras lees esto: ¿en una cocina, una cafetería, un calabozo, un puesto militar? Quizá estés en un hospital o en la sala de un tribunal. Tal vez sea en un lugar que refleje todo lo correcto que hay en tu vida o que represente todo lo malo. Y es probable que sientas miedo.
Después de la terrible realidad de la crucifixión de Jesús, sus seguidores se reunieron en un lugar conocido. Juan registra que «… estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros» (Juan 20:19).
Dondequiera que estés hoy, «hay esperanza más que suficiente y el poder necesario para ahuyentar toda pesadumbre, porque Jesús, el Señor Jesús, está en este lugar».