Dave Randlett fue alguien del cual puedo decir: «Por causa de él, mi vida nunca será igual». Dave, que se fue al cielo en octubre de 2010, se convirtió en mi mentor cuando yo estudiaba en la facultad y estaba empezando a seguir a Cristo. Él no sólo invirtió tiempo en mi vida, sino que se arriesgó a darme oportunidades de crecer y aprender en el servicio para el Señor. Fue el instrumento de Dios para que yo tuviera posibilidades de predicar y viajar con un conjunto musical durante mis años de estudio. Como consecuencia, ayudó a moldearme y prepararme para una vida como maestro de la Palabra de Dios. Me alegra haber podido darle las gracias en varias ocasiones.

Así como yo estoy agradecido por la influencia de Dave en mi vida, el apóstol sentía lo mismo por Aquila y Priscila, que servían al Señor junto con él. Dijo de ellos: «… expusieron su vida por mí». Con gratitud, les dio las gracias, al igual que «todas las iglesias de los gentiles» (Romanos 16:4).

Es probable que tú también tengas personas que se arriesgaron para darte oportunidades de servir o que influyeron poderosamente en tu vida espiritual. Quizá pastores, líderes en la obra de Dios, amigos o miembros de tu familia han dedicado parte de su vida para que progresaras en el servicio a Cristo. La pregunta es: ¿les has dado las gracias?