Por lo general, nos dicen que sonriamos cuando alguien nos toma una fotografía. Pero en algunos lugares, se aplica la política de no sonreír en las fotos para el carné de conducir. Debido a los robos de identidad, estos departamentos de vehículos automotores verifican las fotografías nuevas que se toman para asegurarse de que no coincidan con otras que ya están en el sistema. Si alguien se fotografía con un nombre falso, un operador recibe una alarma. Entre 1999 y 2009, en un estado de los Estados Unidos se impidió que 6.000 personas obtuvieran licencias falsas. Pero ¿por qué no se puede sonreír? La tecnología reconoce una cara más fácilmente si la expresión facial de la persona es neutra.
Jesús indicó una buena manera de reconocer a un creyente. Les dijo a Sus discípulos: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Juan 13:35). Las formas de demostrar amor a los demás creyentes son tan ilimitadas como las necesidades de las personas: una nota de ánimo, una visita, una comida, una reprensión cordial, una oración, un versículo bíblico, un oído atento, incluso una sonrisa amistosa.
El apóstol Juan escribió: «Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos» (1 Juan 3:14). Por el interés que demostramos hacia los demás creyentes, ¿pueden los demás darse cuenta de que conocemos y amamos al Señor?