Muchos recordarán el segundo semestre de 2008 como el principio de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929. Durante los meses siguientes, gran cantidad de gente se quedó sin trabajo, sin casa y sin inversiones. Un año después, en una entrevista en la BBC, Alan Greenspan, ex director de la Reserva Federal de los Estados Unidos, señaló que la mayoría de la gente cree que esto no volverá a suceder. Dijo: «La inextinguible capacidad del ser humano cuando se enfrenta con largos períodos de prosperidad es suponer que la situación seguirá del mismo modo».
Suponer que las cosas continuarán como siempre no es un punto de vista exclusivo del siglo xxi. En el siglo i, Pablo escribió sobre algunas personas que pensaban que la vida seguiría igual y que Cristo no regresaría. Dijo: «… desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación» (2 Pedro 3:4). Jesús dijo que iba a volver, pero la gente seguía viviendo en desobediencia, como si Él nunca fuera a regresar. Pero Su tardanza se debe únicamente a la paciencia de Dios para con nosotros, porque Él no quiere «que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (v. 9).
Pablo nos dice que los creyentes deben vivir «sobria, justa y piadosamente», a la luz del seguro retorno de Cristo (Tito 2:12). ¿Estás preparado para encontrarte con Él?