El presentador de televisión Larry King le preguntó a una estrella del espectáculo, ya anciano, sobre el cielo. Como prólogo, se refirió a una frase que le había dicho Billy Graham, que «él sabía qué estaba por delante: el paraíso; que iba a ir al cielo».

Entonces, el conductor preguntó a su invitado: «¿Usted qué cree?». Este respondió: «Yo quiero mucha actividad. El cielo me suena demasiado tranquilo. En el infierno hay mucho para hacer».

Lamentablemente, este hombre no es el único que piensa que una vida en el reino de Satanás es un destino ideal. He oído personas que dicen que prefieren ir al infierno porque todos sus amigos están ahí. Alguien escribió: «Si el infierno fuera real, no creo que fuera malo. Habría muchas personas interesantes».

¿Cómo podemos convencer a la gente sumida en este engaño de que debemos evitar el infierno y sus horrores? Quizá contándoles sobre las realidades de ese lugar, que se presentan en las Escrituras. En Daniel 12:2, se lo describe como un sitio de «vergüenza y confusión perpetua»; Lucas 16:23 habla de «tormentos»; Mateo 8:12 menciona «el lloro y el crujir de dientes»; y Apocalipsis 14:11 dice que los que están allí «no tienen reposo».

La verdad bíblica objeta que alguien piense que el infierno pueda ser un buen lugar para estar. Sin duda, rechazar a Jesús y enfrentar una eternidad en el reino de Satanás es una mala elección.