No crecí en una granja. Crecí en nuevas parcelaciones con
calles recién pavimentadas y casas impecables. Así que
no había ovejas en nuestro vecindario. Como resultado de
ello, no sabía casi nada acerca de esas criaturas. Entonces decidí
investigar un poquito y encontré tres hechos acerca de las ovejas
que me intrigaron.

Lo primero que aprendí fue esto: Las ovejas son tontas. Una
vez cada cierto número de años, llevo a mi familia al «espectáculo
más grande del mundo» — el Circo de los Hermanos Ringling, de
Barnum y Bailey. Hemos visto leones amaestrados, elefantes
amaestrados, caballos amaestrados, incluso perritos falderos
amaestrados. Pero nunca hemos visto ovejas amaestradas. Hay
una explicación para ello: las ovejas son tontas.

Numerosas veces se nos llama ovejas en las Escrituras. (Te
dejaré hacer cualquier aplicación personal de ese principio a tu
propia vida). Sé que el principio de la estupidez ciertamente
encaja en mi vida. Ésa es la razón por la que necesito un pastor.
Soy una oveja y soy tonto. Y como resultado de ello, algunas
veces tomo decisiones tontas. Algunas veces me niego a aprender
de errores pasados y los repito una y otra vez. Allí es cuando
me desaliento.

Lo segundo que aprendí acerca de las ovejas es esto: Las
ovejas son sucias. Como crecí en la ciudad, siempre había pensado
que los cerdos eran sucios, pero para mi gran sorpresa, descubrí
que las ovejas lo son mucho más. Son animales sucios que
necesitan que alguien los mantenga limpios. Ésa es la razón por
la que las ovejas necesitan un pastor. Ésa es la razón por la
que Dios nos llama ovejas — necesitamos un Pastor que nos
mantenga limpios.

Lo tercero que aprendí acerca de las ovejas es que son
indefensas. La mayoría de los animales tienen algún tipo de
mecanismo de defensa para protegerse de sus atacantes, pero no
las ovejas. De hecho, ha habido incidentes de cuervos que bajan
volando a la cabeza de una oveja y le sacan los ojos a ésta a
picotazos. Las ovejas no tienen manera de defenderse contra
semejante ataque. No pueden ladrar, lanzar veneno, o usar garras
afiladas. Las ovejas son indefensas. Ésa es la razón por la que
necesitan un pastor.
Necesitamos a nuestro Pastor. —SF