Algunas veces los hombres no resultan ser muy buenos
padres. Como un hombre que ha tratado de ser un papá
para sus hijos las 24 horas del día los siete días de la
semana por más de 28 años, odio esa primera oración, pero es
verdad. Algunos padres eluden su responsabilidad. Algunos
hombres simplemente no están dispuestos a dar de sí para hacer
lo necesario y sustentar, dar apoyo, alimentar, vestir, educar,
capacitar, y amar a sus hijos.
He aquí una prueba. Según la Oficina de Censos de los
EE.UU., de los 72 millones de niños norteamericanos menores
de 18 años, uno de cada tres se va a la cama cada noche en
un hogar donde papá no está presente. ¡Es decir, 24 millones
de niños!
Imagina la presión y la tensión de las mamás que tienen que
enfrentar cada día sin la ayuda del papá de los niños. Imagina la
derrota que se incorpora a tantos de esos niños que no tienen a
papá cerca para que juegue pelota con ellos, los ayude a aprender
matemática, les compre una bicicleta, o les enseñe a vivir.
Si eres un hombre, por favor, toma nota de lo que la Biblia
dice acerca de tu papel:
1. Tu labor es capacitar sin provocar a ira (Efesios 6:4). Estar
ausente pone fin a la capacitación y tiende a provocar a ira al
niño abandonado.
2. Se requiere que proveas para la familia (1 Timoteo 5:8).
3. Las bendiciones vienen con el territorio (Salmos 127; 128).
4. Gánate el respeto de tu hijo por medio de la disciplina
apropiada (Hebreos 12:9-10).
Los hombres de verdad sí se preocupan por sus hijos
involucrándose estrechamente. Y eso sólo puede suceder
correctamente sí estás allí cuando te necesitan.
Con la ayuda de Dios y algo de valor, un buen papá puede
ser un Poderosamente Activo Docente-Esposo Responsable que
Educa (PADRE). —JDB