Entre los famosos autores de Utilitarismo se incluye a Jeremy
Bentham, James Mill, y John Stuart Mill. Ellos creen que «los
actos correctos son los que producen la mayor cantidad de
felicidad al mayor número de seres afectados.» Bentham, James
Mill y Stuart Mill proponen que el resultado final es lo único que
es imperativo.

La felicidad es algo que todos deseamos. Pero esto no es lo
único que realmente importa, y las simples emociones de
«sentirse bien» no dan una felicidad duradera. Por ejemplo, puede
que un niño les robe dinero a sus padres para comprarse un
juego de video. Es un juego nuevo que él y sus amigos se han
estado muriendo por tener.

Según la teoría Utilitaria, Johnny habría mostrado un
comportamiento perfectamente responsable. No habría nada de
incorrecto en sus acciones — por cuanto el número de personas
a las que hizo feliz con su decisión sería mayor al de las que
serían infelices.

Los utilitarios creen que las decisiones deben «juzgarse como
correctas o incorrectas sólo en virtud a sus consecuencias. Nada
más importa.» Si los padres del niño que robó el dinero nunca lo
descubren, entonces ese niño hizo la elección correcta.
Claramente sabemos que robar es malo a los ojos de Dios.
Pero, ¿qué dice acerca de la verdadera felicidad y dónde
encontrarla? «Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que
anda en sus caminos. Cuando comas del trabajo de tus manos,
dichoso serás y te irá bien» (Salmos 128:1-2). Y en Proverbios
leemos, «El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los
confiesa y los abandona hallará misericordia. Cuán
bienaventurado es el hombre que siempre teme, pero el que
endurece su corazón caerá en el infortunio» (28:13-14).
Aquéllos que rechazan la norma de Dios para la vida pronto
estarán atribulados — de camino directo hacia la infelicidad. A
pesar de las afirmaciones del Utilitarismo, nuestro propósito
fundamental debe ser darle la mayor cantidad de felicidad a
Dios. Allí es donde se encuentra la verdadera felicidad.
—Jenelle Gonzalez, Florida
Escrito por una amiga lectora de Nuestro Andar Diario