Jack y Jo Popjes tenían un serio desafío. La pareja canadiense, misioneros en el noreste del Brasil, habían estado tratando de aprender la música del pueblo Canela por veinte largos años. Habían tenido éxito en traducir la Biblia en su idioma nativo, pero las complejidades de las melodías de este pueblo los tenían perplejos.
Los Popjes se sentaban y escuchaban cuando los Canela cantaban y tocaban sus antiguos cánticos usando enormes matracas de calabazas secas, flautas de cuatro agujeros, cuernos de bambú, y otros instrumentos. Pero no tenían idea de cómo crear melodías similares para que estas personas pudieran cantar nuevas melodías acerca de Jesús.
Era momento que el Dr. Tom Avery, un etnomusicólogo establecido en el Brasil, les prestara un oído, bueno, una mano. E establecido en el Brasil, les prestara un oído, bueno, una mano. Elbuen doctor registró la música tradicional de la tribu y luego la analizó. Usando gráficos generados por computadoras y otros recursos, Tom pudo entender la música de los Canela.
Les explicó a Jack y a Jo que los intervalos en la música indígena eran diferentes a los de la escala europea. Él encontró que la música Canela no podía tocarse en un piano porque algunas notas «se perderían entre las teclas».
Con la ayuda del Dr. Avery, los Popjes pudieron crear 23 nuevas canciones Canela basadas en las Escrituras. A las personas les ha encantado cantar éstas —y otras nuevas composiciones— desde su estreno en 1987. Jack cree puede que el proyecto de las canciones haya sido lo mejor que él y Jo hayan logrado durante sus 22 años de servicio a los Canela.
Los Popjes habrían estado perdidos sin la ayuda del Dr. Avery. Necesitan saber que es bueno aprovechar la pericia de otros creyentes en Jesús.
Si Apolos hubiese hecho caso omiso de la gentil instrucción de Priscila y Aquila (Hechos 18:26), su enseñanza del evangelio habría seguido siendo deficiente. En vez de ello, él «ayudó mucho a los que por la gracia habían creído» (v. 27).
¿Hay alguien que está tratando de ayudarte a crecer en tu fe? ¿Has estado resistiendo la amable reprimenda o la gentil instrucción de algún creyente más maduro en Jesús?
Si es así, ¡es momento de cantar una nueva melodía! —TF