La iglesia del primer siglo en Corinto tenía pecados graves y problemas perpetuos. Grupos de interés especial en peleas rascendían la unidad de la iglesia; una relación amorosa incestuosa se estaba llevando a cabo mientras la iglesia se hacía la vista gorda. Muy pocos de nosotros querrían ser parte de tal comunidad eclesiástica. Sin embargo, tenían otro problema más: los pleitos judiciales.
A fin de lidiar con esto, Pablo presentó un argumento inesperado: «¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más asuntos de esta vida!» (1 Corintios 6:3).
¿Qué quiso decir Pablo con eso de que «hemos de juzgar a los ángeles»? Algunos creen que eso se refiere a los santos redimidos que estarán acordando con Dios en cuanto a la condenación de los ángeles caídos en el juicio ante el gran trono blanco (Judas 6; Apocalipsis 20:7-15). Ciertamente esto es una posibilidad. Pero hay otra interpretación que podría tener más sentido.
La palabra griega que se usa para juzgarsignifica «separar, seleccionar, escoger, determinar». En la vida diaria, usamos esta palabra para determinar la culpa de algún criminal sospechoso. Pero también puede significar mostrar juicio lidiando de manera justa con personas que están en conflicto.
El juicio sano se extiende a cómo percibimos y evaluamos a las personas. En el trabajo, muchos de nosotros pasamos por una revisión anual de rendimiento. Alguien nos muestra maneras en las que hemos sobresalido y áreas en las que necesitamos mejorar. Si nuestro gerente es un juez que discierne nuestro rendimiento, se nos da afirmación y se nos da espacio para crecer más.
En los nuevos cielos y la nueva tierra, el pecado y la muerte serán eliminados. Si hemos de juzgar a los ángeles en un ambiente libre de pecado, parece probable que nuestro rol será el de administrar y evaluar a estos seres angelicales. Puede que nuestra consciencia espiritual como pecadores redimidos nos califique para ser jueces con discernimiento que lidiarán con las actividades futuras de los ángeles.
Las lecciones de justicia y sabiduría que aprendemos en esta vida son un área de capacitación para la próxima. —DF