En medio del sufrimiento, elegiste ser cautivo del oscuro camino de
la muerte. Con una sola palabra, Tu imponente poder pudiera
haberte librado en esa misma hora. Pero Tu agonía llevó a la victoria,
al entregar Tu vida por mí. Sabiendo cuál sería el resultado de la
pérdida, elegiste abrazar la cruz, abrazar el dolor, para salir como oro
a través del sufrimiento. Para abrazar la cruz, Jesús, pusiste Tu vida
en las manos amorosas del Padre. Y Su poder se manifestó, al ser Tu
perfeccionado cuando abrazaste la cruz.
En medio del sufrimiento, me vuelvo a Ti. Buscando alivio de
aquello por lo que estoy pasando. Pero Tu voluntad, Señor, no la mía,
me llevará a confianza más profunda mientras Tú me purificas. Por
favor, quebrántame, y vuélveme a hacer, para que sea Tu gloria lo
que vean. Sabiendo lo que viene por medio de esta pérdida, elijo
abrazar la cruz, abrazar el dolor, para salir como oro a través del
sufrimiento. Para abrazar la cruz, pongo mi vida en las manos
amorosas de mi Padre. Que Su poder se manifieste, a medida que
soy hecho más como Tú al abrazar la cruz.
—Tom Felten