Por años, Smokey Robinson fue uno de los nombres más grandes de la música pop. Escribió canciones como The Tracks of My Tears[Las huellas de mis lágrimas], My Girl[Mi chica] y Shop Around[Ve de compras]. Su nombre está en el salón de la fama del Rock ‘n’ Roll.
Pero a mediados de los años 80, su vida dio un giro inesperado. «Mi vida estaba yendo exactamente tal y como la hubiera escrito —dice, mirando atrás. Pero a las drogas no les interesa quién eres ni qué haces.»
Lo que comenzó como una manera de relajarse y de pasarla con amigos se convirtió en una adicción que duró dos años. Smokey lo resume de esta manera: «Estaba muerto». Pero él recuerda el día cuando volvió a la vida. Un amigo lo llevó a una iglesia que se reunía en un establecimiento comercial. «Se lo entregué a Dios. El Señor me liberó esa noche, y cuando salí de allí estaba sanado.»
Hoy, Smokey quiere que el mundo sepa de su relación con Jesús, y está usando su talento musical para hacerlo. Su último álbum de canciones del género gospel[de alabanza y adoración a Dios] es su manera de alabar y honrar a Dios por su amor y gracia.
Independientemente de quiénes seamos o de dónde venimos, podemos perdernos en el camino. Nunca pensamos que seremos nosotros quienes vamos a caer en drogas o en alguna otra adicción, pero puede suceder.
Hay algo de lo que puedes estar seguro. Si eres una oveja perdida, el Buen Pastor vendrá en tu busca. Él quiere llevarte a casa sobre sus fuertes hombros (Lucas 15:5-6). Si eres una de sus ovejas, Él te conoce por tu nombre. Va delante de ti y te llama para que lo sigas. Te guiará si escuchas su voz. «Llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera» (Juan 10:3).
Si te has perdido en el camino, si estás lejos de Dios, no terindas — hay esperanza. Vuélvete a Él, pues Él te puede sanar. ¿Conoces a alguien que esté deambulando pero que no reconoce el peligro? Sigue orando. Sigue señalondote hacia Jesús. Él puede hacer milagros. —TC