Durante la temporada de béisbol del año 2004, un jugador de las ligas mayores descubrió cómo un pequeño gesto puede importar muchísimo. Mientras su equipo estaba de gira en autobús, accidentalmente dejó su billetera en el vehículo que transportó al equipo de su hotel al aeropuerto. Dentro había 1,400 dólares, sus tarjetas de crédito y la tarjeta de identificación que brindaba acceso a los campos de béisbol de las ligas mayores. Cuando se dio cuenta de que le faltaba su billetera, hizo algunas llamadas telefónicas, pero nadie la había encontrado.

Un par de días después recibió una emocionada llamada telefónica de su esposa. La billetera había sido enviada al hogar familiar: completa con las tarjetas y el dinero (menos el costo por el envío de la billetera por correo). Un conductor de autobús la había encontrado y se aseguró de que el jugador la recuperara. Es considerado gesto ahorró al jugador de las ligas mayores una enorme cantidad de problemas y de esfuerzos para reponer los importantes documentos que había dentro de la billetera.

Una historia más. Dale Cooper, capellán de la Universidad Calvin en Gran Rapids, Michigan, y su cuñado, emprendieron un viaje poco común en el año 2003. En memoria del padre de Dale, cada uno de ellos condujo un tractor John Deere desde Grand Rapids hasta Alton, Iowa, una distancia de varios cientos de kilómetros. A lo largo del camino dependieron de la bondad de los demás para salir adelante. He aquí cómo Cooper describió las cosas que las personas hicieron por ellos: «En sí, acciones tales como llevarlos a la tienda de repuestos para vehículos, llenar una jarra de agua con hielo, ofrecer un plato de galletas, trabajar a la hora del almuerzo para terminar una soldadura y dar indicaciones a través de un laberinto de desvíos no son nada del otro mundo. Pero sí son gestos de gran magnitud para aquellos que tienen necesidad de ellos.»

Algunas veces pensamos que las pequeñeces que hacemos por los demás no son gran cosa. Tal vez pensemos que estaríamos mejor ocupándonos de nuestros propios asuntosy dejando que los demás se las arreglen solos. Pero está claro que nuestra tarea aquí en la tierra es estar atentos a las necesidades de los demás y ayudar a satisfacerlas (Hebreos 13:16).

Hoy, si ves alguna oportunidad de hacer algo pequeño por alguien, adelante. Ayuda a esa persona en el nombre de Dios.  —JDB