Imagina la historia como un gran libro. Ahora ábrelo y chequea un par de capítulos recientes. Estamos viviendo las líneas o bien de un mundo moderno que tal vez esté escribiendo su últimas páginas, o de un mundo post-moderno que activamente está revolviendo nuevas palabras e ideas.
Durante los fugaces días del modernismo, nuestra cultura ha vivido ideas entre las que se incluyen la fe en la verdad objetiva, la razón humana, la autonomía de las personas, el progreso y las ideas seculares.
Ahora abramos ese capítulo sobre la cultura postmoderna o pomo.El mundo en el que tú y yo vivimos está cada vez más marcado por sus mensajes: no hay verdad absoluta (relativismo moral), irracionalidad, anarquía y pesimismo.
Cuando nos damos cuenta de que formamos parte de este capítulo —parte de esta cultura— una pregunta obvia sale a la superficie. ¿Cómo nos ha afectado el pensamiento pomo?
Las respuesta a esa pregunta surge de una lectura cuidadosa de nuestra propia cosmovisión. Considera las siguientes preguntas:
• ¿Creo que la Biblia es infalible?
• ¿Creo que la Palabra de Dios es la verdad absoluta?
• ¿Tengo esperanza para el futuro, más allá de esta vida?
• ¿Creo que Dios sigue obrando activamente en mí y en el mundo?
Tus respuestas revelarán cómo has leído la cultura y cómo has resistido sus mensajes falsos, o en qué medida la cultura ha escrito sus mensajes en tu corazón.
Moisés podría haberse identificado con nuestras preocupaciones culturales. Al dirigirse a los israelitas en Deuteronomio 30, su preocupación era que se mantuvieran firmes en el pacto que Dios había hecho con ellos. Era tiempo de renovar su compromiso con Dios y volverse de las voces paganas.
Moisés le dijo al pueblo que Dios lo bendeciría: «Entonces el SEÑOR tu Dios te hará prosperar abundantemente» (v.9). Pero primero tendría que «obedece(r) a la voz del SEÑOR (s)u Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos eneste libro de la ley» (v.10).
Lee la cultura por medio de la Palabra de Dios y obedécelo a Él. Eso te guardará de perspectivas pomoerradas. —TF