¿Viste ese paquete en tu banco de la iglesia? Exquisita envoltura, lindo lazo, caja grande. Hace que te preguntes qué hay adentro.

Mira por toda la iglesia y verás otros paquetes con una linda envoltura también. ¿Quién hizo estos obsequios? ¿Qué hay adentro?
Lee la tarjeta adjunta. Está firmada por Dios. Tú eres su obsequio a la Iglesia. Las otras cajas son otros miembros con sus obsequios. Pero no todos los «regalos» han sido abiertos. Ah… ya vas entendiendo.

Esta analogía hace entender un aspecto fundamental importante. Dios nos dio obsequios, dones espirituales a cada uno de nosotros para fortalecer a otros en su fe cristiana; ellos han recibido regalos para ayudar a hacer crecer su Iglesia. Sin importar cuál sea el don, sin importar cuál sea la responsabilidad, todos son imporantes para Dios. Es algo desafortunado que en muchas iglesias estos preciosos «paquetes» de Dios no hayan sido abiertos y puestos en uso.

El potencial es grande. ¡Imagina lo que podría reservar el futuro! Tal vez sea hora de echar un vistazo dentro de esa caja y ver el obsequio de Dios a la Iglesia a través de ti.

Hay muchas maneras en las que puedes usar tus dones espirituales. Todas involucran el servicio. Cierto, eso involucra sacrificio, ya sea enseñando en la escuela dominical, ayudando en alguna organización de ayuda de emergencia para los hambrientos, o poniéndote a disposición para un ministerio personal con alguien que tenga necesidad espiritual.

Pero una vez abres ese «regalo», todos verán lo generoso que es Dios. Después de todo, ¡Él fue quien dio a la Iglesia semejante obsequio!

También hay algo asombroso en estas bendiciones espirituales. Luego que comienzas a usarlos, tú también terminas siendo bendecido. Es casi como si, al dar el don, también fueras el receptor del mismo.

Puede que veas las cosas de una manera diferente la próxima vez que vayas a la iglesia. De hecho, probablemente te veas a ti mismo de una manera diferente. Abre lo que Dios te ha dado. Es exactamente lo que tu iglesia necesita. Pero entonces, ¿no es acas una característica de Dios el dar obsequios tan excelentes?  —JC