Nate Haasis lanzó la pelota de fútbol [americano], algo que había hecho cientos de veces como mariscal de campo para la escuela secundaria de Springfield Southeast. Pero algo extraño ocurrió durante el último juego de su último año de estudios.
¿Dónde estaba la defensa?
Haasis encontró uno de sus receptores totalmente abierto, sin ningún jugador de defensa a la vista, y lanzó una perfecta espiral para alcanzar las 37 yardas [34 metros]. La distancia le dio 5.006 yardas [4.575 metros] de pase de carrera, superando la marca de todos los tiempos para la Conferencia de los Ocho Estados Centrales de 4,998 yardas [4.570 metros].
Luego salió la verdad. El receptor de Nate había estado totalmente abierto porque hacia el final del partido, su entrenador había hecho un trato con el entrenador del equipo contrario. Los entrenadores conspiraron para permitir que Haasis obtuviera la distancia que necesitaba para establecer la marca, haciendo que disminuyera la defensa.
Más tarde, en una carta a la Conferencia de los Ocho Estados Centrales, Haasis pidió que no se contara su pase final y que su marca fuera cambiada al segundo lugar. Su solicitud fue aceptada.
Historias como las de Nate nos pueden alentar en lo que podría parecer una ardua batalla por mantener nuestra integridad. Escuchamos voces que nos dicen: Sigue adelante y hazlo, ¡nadie lo sabrá! O, Te mereces este placer… ¡nadie saldrá lastimado ni nada parecido!
Ser honestos y piadosos en nuestros pensamientos y acciones es algo desafiante. Pero dos cosas suceden cuando vivimos una vida de integridad. Mantenemos nuestra dignidad intacta: ni nuestro carácter ni nuestros valores se dividen. Y lo que es más importante, agradamos a Dios.
David dijo: «Sabiendo yo, Dios mío, que tú pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud» (1 Crónicas 29:17). Él declaró estas palabras justo después de que él y los israelitas acabaran de dar generosamente para ayudar a construir el templo que Dios generosamente para ayudar a construir el templo que Diosdeseaba. No había nada que ocultar, nada de qué escabullirse. Habían hecho lo correcto. Igual que Nate Haasis. ¿Estás pasando la prueba de integridad hoy? —TF