Luego de que Neo rescata a Morfeo y a Trinity del choque de un helicóptero, Morfeo le dice a Neo: «Hay una diferencia entre conocer el camino y caminar por él.» Neo se da cuenta de que está destinado a salvar a la humanidad de la Matriz, pero está evitando el llamamiento.

Creo que esto es lo que Santiago tenía en mente cuando escribió el capítulo 1 de su epístola.
Recibir lo que Dios dice es importante. Hemos sido bendecidos con medios de comunicación que nos ayudan a recibir la Palabra de Dios de maneras claras: por medio de la enseñanza, la predicación, los ministerios por televisión, los estudios bíblicos personales y de grupo, las cintas, los CDs, los DVDs y otros.

Sin embargo, esto no termina con tan sólo recibir la Palabra de Dios. Santiago alentó a sus lectores a dejar que la Biblia marcara una diferencia en sus vidas: «Sed hacedores de la palabra» (v.22). Así como un espejo nos revela lo que está fuera de lugar externamente, la Biblia nos revela lo que está fuera de lugar y salgamos viéndonos mal vestidos.

Lo mismo pasa cuando le echamos una mirada a la Palabra de Dios; puede que no nos demos cuenta de algo que esté fuera de lugar en nuestro corazón. Esa es la razón por la que debemos echar una buena y larga mirada en el espejo de la Biblia de manera periódica. Si vamos a ver alguna diferencia en nuestra vida, entonces recibir y hacer la Palabra de Dios debe convertirse en un hábito, debe estar arraigado en nuestro carácter.

Si miramos en la Palabra de Dios por el tiempo suficiente y con la frecuencia suficiente, encontraremos todo tipo de deficiencias e incoherencias en nosotros: orgullo, envidia, amargura, falta de perdón, lenguaje fuerte y grosero, lujuria, motivos impuros, actitudes dañinas y otras características que nos impiden parecernos Jesús.

Si aceptamos humildemente lo que Dios dice de nuestra vida, cumplimos con su Palabra y no olvidamos lo que hemos visto. Encontraremos libertad, liberación, paz, gozo y el favor de Dios.   —MW