Escarban. Traspasan. Se pegan dentro de nuestras cabezas. Se convierten en parte de nuestro cerebro. (Y han sido un temor constante para mí desde que vi Viaje a las estrellas: La ira de Khan.)

Son las lombrices que entran por las orejas. Según el Dr. James J. Kellaris, el jingle Baby Back Ribs[«Costillas de Lomito»], del restaurante Chili, y la canción de Baha Men Who Let de Dogs Out? [¿Quién dejó salir a los perros?] están entre los peores a los que se les puede culpar de ser semejante cosa.

Sí, una «lombriz que entra por las orejas», que una vez fue exclusivamente un insecto, se ha convertido en el nombre para aquellas tonadas y jingles implacables que no podemos sacarnos de la cabeza.

Muchas veces, la única manera de quitarnos de encima esta plaga insidiosa es reemplazándola por otra tonada: una «canción limpiadora». Las nuevas palabras desplazan cualquier lombriz que entra por las orejas y que se haya establecido.

Algunas veces también podríamos usar una «canción limpiadora» para los pensamientos de nuestra vida. Los pensamientos de amargura, lujuria y venganza se establecen y se aferran a nuestra materia gris para siempre.

Cuando no podemos sacudirnos los pensamientos pecaminosos, leer la Palabra de Dios o recordar versículos bíblicos que hemos memorizado y repetir esas palabras una y otra vez pueden ayudar a limpiar nuestra mente.

He aquí algunos grandiosos:  «Todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad» (Filipenses 4:8). «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mateo 22:37-38). «Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente» (Romanos 12:2).

Dios está interesado en los pensamientos de nuestra vida y ha provisto una manera de limpiarlos a través de la lectura de su Palabra, y dejándola controlar nuestro corazón y nuestra mente. –CK