La ex corresponsal política para MTV Tabitha Soren dijo: «No importa cuán secular se vuelva nuestra cultura, siempre permanecerá empapada en la Biblia. Ya que la Biblia nos perseguirá, incluso si no la conocemos, ¿acaso no tiene sentido leerla?» Aún para las personas que no leen la Biblia, ésta sigue siendo el libro más importante en la historia. Pero, ¿quién escribió las Escrituras? ¿Es la Biblia veraz? ¿Se puede confiar en ella?

Lee 2 Timoteo 3:16 y 2 Pedro 1:20-21. La Biblia misma hace una fantástica afirmación acerca de su autoría. El autor es Dios. Las Escrituras fueron inspiradas o infundidas por Dios. La Biblia es un libro santo y divino porque proviene de una fuente santa y divina: Dios.

¿Cómo lo hizo Dios? Los escritores de la Biblia fueron «inspirados por el Espíritu Santo» (2 Pedro 1:21), y escribían a medida que Dios les hablaba. Esto significa que Dios hizo uso de su personalidades, vocabulario, experiencias y cultura para registrar exactamente lo que Él quería por escrito, sin error alguno. La Biblia no está contaminada con malas interpretaciones acerca de Dios o de la condición humana. La Biblia es veraz.

Pero, ¿se puede confiar en ella? Sí, debido a su profecía y su unidad. El tema de la Biblia es Jesucristo. El Antiguo Testamento contiene más de 300 profecías, y muchas de ellas dan detalles específicos acerca de la vida de Jesús. El estadístico Peter Stoner ha calculado que la probabilidad de que cinco profecías de gran envergadura llegaran a cumplirse por casualidad sería de una en dos trillones. La unidad de la Biblia es otra de las razones por las que creemos en su veracidad. Ésta se compone de 66 libros, escritos por unos 40 autores diferentes a lo largo de 1.500 años. Estos autores escribieron de manera independiente, y la mayoría de ellos sabía muy poco o nada en absoluto de los demás escritos. Sin embargo, es un libro unificado acerca de un solo tema: Jesucristo.

Debido a que la Biblia es la Palabra de Dios, debemos pasar tiempo leyéndola cada día y responder a ella con humilde sumisión a su autoridad. La Biblia debe ser nuestra norma de vida.  –MW