¿Qué le parecería ir a trabajar, ir de compras e ir a la iglesia a una distancia no mayor de diez minutos a pie desde su casa? Esa es la meta del Nuevo Urbanismo.
Sorprendentemente, este movimiento neocomunitario se basa en formas de vida tradicionales: «Básicamente, el Nuevo Urbanismo es un reordenamiento del ambiente construido en forma de ciudades, pueblos, aldeas y vecindarios completos, la manera en que se han construido las comunidades durante siglos en todo el mundo.… Estas comunidades contienen viviendas, centros de trabajo, tiendas, centros de entretenimiento, colegios, parques e instalaciones cívicas que son esenciales para la vida diaria de los residentes, y que se encuentran a una distancia de fácil acceso a pie unos de otros.… Actualmente existen más de 500 proyectos neourbanistas planificados o en construcción sólo en los EE.UU., y la mitad de ellos se encuentran en centros históricos urbanos.»
Todo esto me suena un poquito idealista, pero puede que mejorela calidad de vida de los ciudadanos.
Los creyentes en Jesucristo cuentan con una comunidad que ha sido diseñada por nuestro Señor para que nos ayude a crecer juntos a medida que crecemos en Él. Existen tres perspectivas de la Iglesia que nos ayudan a entender su propósito:
• Es el cuerpo de Cristo. Formamos parte del cuerpo, con nuestro(s) propio(s) don(es) espiritual(es), y Jesús es nuestra cabeza. A medida que ejercitamos nuestra función dentro de este organismo vivo, ministramos a los demás y el cuerpo crece y madura (Efesios 4:16).
• Es la familia de Dios. Dios es nuestro Padre, y los demás creyentes son nuestros hermanos y hermanas. La comunión se desarrolla al amarnos unos a otros y preocuparnos unos por otros. Experimentamos el amor de Dios y lo reflejamos al mundo (Juan 13:35).
• Es el santo santuario de Dios. Somos piedras de construcción individuales colocadas por el Espíritu Santo a medida que Dios construye Su santuario vivo en la tierra. También formamos parte del sacerdocio de creyentes, ayudándonos unos a otros a crecer en santidad (1 Pedro 2:5).
Ya sea el Nuevo Urbanismo o el viejo expansionismo suburbano, no importa dónde vivamos. Pero ser parte activa de la comunidad de Dios es de vital importancia. —TF