Los avances tecnológicos han traído nuevas armas a la vanguardia en todos los conflictos de los Estados Unidos:  depredadores de redes cibernéticas, bombas electrónicas, armas  químico-biológicas, destructores de refugios subterráneos y fuerzas antimisiles entre otras. Los Estados Unidos tienen una potente fuerza aérea, transportadores marinos armados con toneladas de  municiones y fuerzas terrestres especiales. Sin embargo, estas armas no sirven para nada contra el conflicto espiritual que se pelea todos los días.

Pablo nos recordó en 2 Corintios 10:4-6 que estamos en guerra con Satanás y el falso razonamiento de este siglo. Puesto que esta guerra es espiritual, no podemos involucrarnos en una batalla con planes y métodos humanos. Las armas mundanas no pueden ganar conflictos espirituales. Tenemos que pelear con armas y herramientas que sean sobrenaturales y tan potentes que puedan demoler y destruir fortalezas aparentemente inexpugnables adon de el mal está atrincherado en nuestra vida personal y en nuestras comunidades.

Con las poderosas armas de Dios de justicia, verdad y humildad, conquistamos cualquier acto o actitud humana que sea un obstáculo al conocimiento de Jesús y mantenga a la gente en el yugo del pecado. ¿Cuáles son algunos de los falsos razonamientos e ideas arrogantes que nos impiden experimentar y conocer a Dios mejor?

El ateísmo dice que no hay Dios. El agnosticismo dice que en realidad no sabe con certeza si hay un Dios. El teísmo dice que Dios está ausente. El panteísmo dice que todo está en Dios y que Dios está en todo. El humanismo dice que somos Dios. ¡Qué arrogancia! ¡Qué razonamiento más falso! Estamos llamados a denunciar, vencer y llevar cautivo todo pensamiento rebelde, toda menti ra y toda pretensión arrogante, y enseñar a la gente a obedecer a Jesús.

Sólo Él es la justicia y la verdad de Dios. Él es la norma por la cual las ideas, actitudes y acciones son juzgadas. Jesús es nuestro proveedor de poder y verdad.  —MW